Eugenio de Nora es un referente de la poesía universal, esa que llevó allá donde iba y que desgranó en lecturas en Suiza. Nacido en Zacos, León, en 1923, y a sus 94 años se ha despedido, en la madrugada del 2 de mayo, en un hospital de Madrid, donde residía hace años.
Él, junto con Victoriano Crémer y Antonio González de Lama, fundaron una magnífica revista de poesía: ‘Espadaña’, que se edito desde 1944 a 1951, y muchas más cosas. Quien quiera recorrer parte de su obra, la web amediavoz.com/nora.htm, ofrece algunas de sus creaciones poéticas. Aquí, una de ellas.
Canto al demonio de la sangre
Una vez más tu látigo de fuego,
¡déspota de la sangre! , y adelante.
Tu música brutal de mar furioso
que el mundo toca, ¡y adelante!
¡Oh Capitán! Tú sabes que en la sombra
velé y velé mi guardia, cada noche,
y que nunca cedí. Que el medio día
no sonó a calma para mí. Que siempre
que tu voz me llamó, presente estuve,
pronto a mí guerra. Que la primavera,
rosa o mujer, no adormeció mi anhelo:
tú sabes, Capitán, que el mundo es breve
para tu voz Y para mi destino.
Y, por eso quizá…