Entre los intérpretes se encuentran además de Poncela, Igor Yebra, Oscar de la Fuente, David Luque, Carlos Beluga, Diego Garrido y Arturo Parrilla.
Junto a ellos, dos mujeres: Carlota Ferrer, directora de escena y Julia de Castro.
¿Por qué un reparto masculino?
En el momento en el que una obra de mujeres encerradas y reprimidas sexualmente por la moral imperante es interpretada por hombres estamos evidenciando la naturaleza y el mecanismo de dicha represión que es normativizada por el hombre. A través de actores, en vez de actrices, se pretende evidenciar que el género, más allá de las diferencias biológicas, no es más que una construcción social marcada por el patriarcado para permitir que la especie continúe. Por último, esta elección permite dimensionar la esfera política y social universal del clásico de García Lorca: al distanciarnos de la identificación literal y ver a mujeres interpretadas por hombres, la asociación directa (mujeres con problemas de mujeres) desaparecerá, surgiendo otros posibles significados que dinamiten la rigidez de los roles de género en un mundo en el que, afortunadamente, cada vez están más difusos.
En Esto no es la casa de Bernarda Alba, al poner en boca de hombres actores y bailarines las palabras de Federico (en numerosas ocasiones sus personajes manifiestan el deseo de ser hombres para poder gozar de libertad), ponemos en evidencia la fragilidad de la mujer ante la visión dominante del orden hetero-patriarcal y su gestión del mundo a través del miedo. En el fondo, esta adaptación propone un canto a la libertad desde la imaginación creadora donde se fusionen Imagen, Poesía, Música y Danza.