Sí, engañó a Francisco Franco y a todos sus ministros con una explicación sencilla: podía producir combustible para vehículos con agua del Jarama. Un milagro que en la España de 1939 logró que el Gobierno en pleno se frotara las manos en la creencia de convertir al país en el mayor exportador de ‘petróleo’.
De nombre Filek y nacido en Austria, había entrado y salido de la trena en varias ocasiones, por todo tipo de pillerías que le facilitaban la supervivencia. Acabada la Guerra Civil, pone su objetivo en España, derrumbada y empobrecida y, nada mejor que colarse por alguna puerta en el Gobierno franquista, hasta llegar al mismo Caudillo.
[Sumario]
El relato promete desvelar los intríngulis de una forma de mandar, de planificar y ser que no van a dejar a nadie indiferente y, a buen seguro, que sacan más de una sonrisa del lector, que va a quedar atrapado entre las páginas de ‘Filek. El estafador que engañó a Franco’, entre las que seguro descubre algunas coincidencias con la actualidad.
La sólida obra del zaragozano Ignacio Martínez de Pisón (‘Carreteras secundarias’, ‘La buena reputación’, ‘Enterrar a los muertos’…), toma lustre con este texto de engaños y desengaños, los que conforman el museo nacional de la picaresca.