Hoy te voy a contar una de esas noticias que nunca te hubieras imaginado y que en este 2020 tan loco ya no nos sorprende. El tema es que en Nueva Zelanda están planteando usar cabras para la creación de una de las medicinas que se usa en la lucha contra el cáncer y parece que la idea no es muy descabellada.
Por muy loca que parezca la idea, tiene una base científica que está siendo estudiada por Götz Laible, investigador jefe del Instituto AgResearch que es propiedad del gobierno de Nueva Zelanda. Esta base científica se basa en que ya se emplean células de ratas para crear el fármaco Cetuximab, empleada, por ejemplo, en el tratamiento del cáncer de intestino. La cuestión es que estamos hablando de que es un proceso muy largo y costoso ya que hay que cultivar las células y tratarlas para que se generen las proteínas necesarias para crear este medicamento.
Aquí es donde entra en juego la idea de Götz Laible. Su idea es la de modificar genéticamente a unas cabras para que sean sus propias glándulas mamarias las que creen las proteínas necesarias para crear el medicamento. Esta técnica lograría reducir drásticamente el coste del tratamiento ya que la capacidad de producción se multiplicaría y los costes serían muy bajos.
Por si no lo sabías, Nueva Zelanda es uno de los países con mayor número de ovejas y cabras del planeta y la modificación genética no es algo nuevo para ellos. Ya a finales del 2019 anunciaron que iban a empezar a criar ovejas con un bajo impacto en el medio ambiente por emitir menos metano. Por lo que esto sería un paso más.
Lo cierto es que es que estamos ante una noticia loca e interesante por partes iguales. Me encanta la idea de que con una simple modificación genética se pueda usar la producción de leche de las cabras para tratar algunos tipos de cáncer y encima eso haría que los tratamientos fueran más accesibles.
De momento no se ha probado y es una simple teoría. Esperemos que pronto pueda empezar a probarse y en unos años veamos el éxito de esta loca idea tan genial para la lucha contra el cáncer. Sin olvidar la idea de que esto podría suponer el inicio del uso de animales para fabricar ciertos medicamentos aprovechando la gran capacidad de producción que la naturaleza tiene de forma innata.