Un estudio sobre el consumo de alcohol acaba de derrumbar todas las hipótesis sobre las bondades del mismo en consumos bajos o moderados y racionales. El estudio Global Burden of Disease, publicado en la revista científica de referencia The Lancet, concluye que en el consumo de alcohol no hay nivel seguro. Beber alcohol en cualquier cantidad no es bueno para la salud humana.
Así lo advierten los autores de un trabajo a gran escala, que ha tomado una amplísima muestral en 195 países del mundo, y que termina concluyendo que no se puede asociar los términos salud o saludable, en sentido positivo, con el consumo de alcohol.
Como dato, los expertos señalan que el año 2016 un diez por ciento de las muertes o discapacidades de persona de entre 15 y 49 años ha tenido relación con el alcohol.
Los investigadores admiten que beber alcohol moderadamente puede proteger ligeramente de algunas cardiopatías pero los riesgos combinados de desarrollar cáncer, lesiones y otras enfermedades asociadas a su consumo superan ampliamente los posibles beneficios que se le han atribuido. "Los riesgos para la salud asociados al alcohol cuando consumes una bebida al día son muy bajos, aumentan rápidamente al beber más”, afirma Max Griswold, doctor que lidera el estudio mencionado y que ha publicado la Universidad de Washington, en Seattle. Añade que " en estudios anteriores se encontró un efecto positivo del alcohol para algunas cardiopatías, pero nosotros lo que descubrimos es que, combinados, los riesgos para la salud asociados al alcohol aumentan con cualquier cantidad consumida”, por baja que sea, matiza el investigador.
La investigadora, Sonia Saxena, que también firma el estudio, comenta que el informe "demuestra que ningún límite es seguro“. Para la académica, las recomendaciones de las instituciones de salud pública deben actualizarse y los gobiernos deberían repensar sus políticas.“Si vas a beber, lo primero es educarse sobre los riesgos y luego tomar una decisión bien informada“, apunta la investigadora que subraya a importancia del estudio por ser una de las investigaciones más importantes y detalladas jamás realizadas sobre este tema.
Los datos sobre los niveles de consumo de alcohol y su impacto en la salud se recogieron en 195 países, entre 1990 y 2016. Por edades, la población estudiada abarca desde los 15 años hasta los 95. Además, detallan que se usaron casi 700 estudios para entender cómo es la cuñtura y la práctica del consumo de alcohol al que se adjuntaron otros 600 estudios para poder ofrecer una medida sobre los riesgos reales para la salud. El trabajo revela que ha incorporado datos de 28 millones de personas de todo el mundo. "Es la mayor base de evidencia recolectada hasta la fecha. Nuestro estudio hace que la relación entre la salud y el alcohol sea clara: el consumo de bebidas alcohólicas causa una pérdida sustancial de salud, en innumerables formas, en todo el mundo", concluye el estudio.
Los hábitos de consumo de alcohol, es decir, las cantidades distintas consumidas por día fueron comparadas con el de las personas abstenmias. La conclusión es que una de cada tres personas bebe alcohol. En términos globales, el 25% de los consumidores son mujeres y el 39% hombres.
Entre los jóvenes, el riesgo para la salud de tomar una bebida al día es solo ligeramente superior a la abstención, sólo un 0.5%. Pero el riesgo aumenta considerablemente cuando se incrementa el consumo. Un 7% para quienes toman dos bebidas al día y un 37% para quienes toman cinco.
Se considera que una bebida es alcohólica a partir de 10 gramos de alcohol, equivalente a una copa de vino, a una lata o botella de cerveza o a una medida estándar de licor fuerte. El estudio encontró que a nivel global entre los mayores de 50 años, el 27% de las muertes por cáncer entre las mujeres y el 19% de las de los hombres estaba vinculado al consumo de alcohol.
Entre la población más joven, el mayor riesgo de muerte vinculada al consumo de alcohol es la tuberculosis (1,4% de las muertes), los accidentes de tráfico (1,2%) y las autolesiones (1,1%).
Con estos datos en la mano, el editor de la revista The Lancet, Richard Horton, recalca que "el mito de que una o dos copas por día son buenas es sólo eso: un mito. Este estudio rompe ese mito". Por eso, insiste el investigador, "existe una necesidad apremiante y urgente de revisar las políticas para alentar la disminución de los niveles de consumo de alcohol o abstenerse por completo", razona el prólogo del documento científico.
Esta amplia investigación proporciona hallazgos sobre la prevalencia del consumo actual de alcohol, la abstención, el consumo entre los consumidores actuales y las muertes, y la mala salud general atribuible al alcohol relacionada con 23 resultados sanitarios, como enfermedades y lesiones transmisibles y no transmisibles, que incluyen cardiovasculares, cánceres o accidentes de tráfico. "Ahora entendemos que el alcohol es una de las principales causas de muerte en el mundo. Tenemos que actuar con urgencia para evitar estos millones de muertes. Y podemos", añade Richard Horton.
En el año 2016, siete de los 10 principales países con tasas de mortalidad más altas se concentraron en las regiones del Báltico, Europa del Este o Asia Central, específicamente Rusia, Ucrania, Lituania, Bielorrusia, Mongolia, Letonia y Kazajstán. Los otros tres fueron Lesotho, Burundi y República Centroafricana. Mientras, por contra, ocho de los 10 principales países con tasas de mortalidad más bajas atribuibles al consumo de alcohol entre las personas de 15 a 49 años se encontraron en Oriente Medio: Kuwait, Irán, Palestina, Libia, Arabia Saudita, Yemen, Jordania y Siria. Los otros dos fueron Maldivas y Singapur.