Habituados ya a los logros de Elon Musk, nos cuesta sorprendernos de la carrera espacial que su empresa privada acomete para "conquistar" el espacio en las próximas décadas. El último éxito ha sido con las pruebas del último cohete recicable, el llamado Falcon 9 Block 5, prototipo que ha mejorado la serie de cohetes Falcon que ha permitido a la empresa de Musk liderar la puesta en órbita privada de satélites.
Esta última versión de su lanzador o propulsor Falcon 9, ha mejorado de forma definitiva la reutilización de las primeras etapas. Es un sistema patentado por SpaceX y que evita lo más caro de cualquier proyecto espacial, el no poder reutilizar componentes y estructuras de los cohetes. Esto permitirá a la empresa aumentar el ritmo de vuelos y aumentar la rentabilidad de su línea de negocio, basada en la reducción de costes de lanzamiento gracias a la reutilización.
Las principales novedades que han supuesto determinantes mejoras en los cohetes de la serie Falcon, son secretas. Musk se ha vuelto más precavido viendo como aumenta la competencia espacial, desde países con tradicional rivalidad como China o Rusia. Entre los progresos mejorados está el tren de aterrizaje, que ahora será de color negro y plegable. Lo del color tiene que ver con el sentido de la estética del excéntrico multimillonario. Antes era un tren de color blanco que se montaba de una pieza, sin desplegarse, lo que hacía apreciarse mucho los golpes del aterrizaje.
[Sumario]
Esta fase probada con éxito se encamina a conseguir la propulsión opertativa para la "gran nave espacial" tripulada que Elon Musk quiere tener en el "mercado espacial" a finales del próximo año 2019. El nombre del gran cohete que propulsará a la nave tripulada es también un secreto, entre las denominaciones que ahora tienen están las siglas BFR y el nombre de Dragon 3.
More photos from the first flight of Falcon 9 Block 5 → https://t.co/095WHWMtKp pic.twitter.com/4gZsAc01Bg
— SpaceX (@SpaceX) 13 de mayo de 2018
