El envejecimiento es un proceso complejo, irreversible, progresivo y natural. Conlleva cambios morfológicos, psicológicos, funcionales y bioquímicos que generan una limitación de la capacidad de adaptación del organismo al medio. Las modificaciones que acompañan al proceso de envejecimiento afectan a la nutrición y la alimentación de la persona mayor. Por ello, en esa edad existe una necesidad específica de nutrientes, lo que explica la vulnerabilidad de los ancianos desde el punto de vista nutricional, socio-económico y sanitario.
La tasa de envejecimiento ha experimentado en los últimos años un incremento considerable como consecuencia del aumento de la esperanza de vida y de la mejora de la atención socio-sanitaria. A nivel mundial, España ocupa el quinto lugar de países con más población de 80 años o mayor de esa edad. En el País Vasco, según datos del Instituto Vasco de Estadística (EUSTAT), entre 1981 y 2013, la población con 65 o más años pasó del 9’2% al 20’2%, y en 2014, la esperanza de vida de la mujer estaba en 85’4 años y la de los hombres en 78’9 años. Para el año 2025 las previsiones apuntan a que las mujeres alcanzarán una esperanza de vida de 88’4 años y los hombres, 82’6 años.
El objetivo de la guía práctica es marcar las pautas que se deben seguir para conseguir que la alimentación de las personas mayores sea adecuada. “ Al dar estas pautas, se están teniendo en cuenta una gran cantidad de factores que influyen en la alimentación en esa etapa de la vida”, explican los especialistas. ” Así, se marcan las adaptaciones que es necesario realizar como consecuencia de la disminución de funcionalidad que experimentan las personas de edad avanzada, tanto en los sentidos como en las diferentes funciones fisiológicas. También se abordan las precauciones que se deben adoptar en función del tratamiento farmacológico que estas personas estén siguiendo. Esto es importante porque son numerosas las interacciones entre fármacos y alimentos, y porque con frecuencia, las personas de edad avanzada constituyen un colectivo polimedicado”.
A lo largo de los capítulos podremos conocer los cambios fisiológicos asociados al envejecimiento, las patologías más frecuentes en las personas mayores o las necesidades nutricionales e ingestas recomendadas para ellas. Además, se dedican otros capítulos a aspectos dietéticos generales, a esbozar los efectos no deseables de los fármacos sobre la utilización de los nutrientes y a describir los servicios asistenciales existentes. También incluye una serie de anexos para estudiar la alimentación de las personas mayores.
La publicación “va dirigida en primer lugar a la población general, en concreto a personas mayores que todavía son autónomas y viven solas, y que por tanto son responsables de su propia alimentación. Pero también a personas más jóvenes que tienen a su cargo a personas mayores. No hay que olvidar que un porcentaje importante de personas mayores viven en residencias, por lo que esta guía también está destinada a dichas instituciones y a otros centros geriátricos en los que se sirvan comidas a personas de edad avanzada. Finalmente, dado que en algunas residencias la comida proviene de empresas de catering, esta guía también puede ser de utilidad para ellas”.