La South by Southwest es el simposio de conferencias sobre ingenio y creatividad que se realiza cada año desde 1987 en Austin, Texas. En esta convención de talentos, el magnate fabricante de los coches eléctricos TESLA, Elon Musk se pronunció muy partidario de abordar planes para la colonización en Marte, como alternativa que preserve la especie humana ante el riesgo de su extinción en la Tierra. Como idea tiene toda la seducción de una película de ciencia ficción, como plan supone todo un reto para el progreso científico y tecnológico de la humanidad.
Tirando de ironía se le podría decir al magnate de TESLA que saldría más rentable y económico procurar evitar la extinción de la vida en la Tierra, empezando por aspirar a la paz mundial, que evitase esa “Tercera Guerra Mundial” a la que se refirió en su conferencia pronunciada en Texas. Aunque la ironía sería de ida y vuelta, pues Musk podrá replicar que es más probable salvar a la humanidad colonizando Marte, que no se produzca una hecatombe bélica general que acabe con la Tierra.
En su charla, Elon Musk comentó que su empresa aeroespacial SpaceX estará lista para enviar los primeros cohetes de prueba a Marte en 2019. Según sus propias palabras, SpaceX está construyendo una nave interplanetaria que realizará viajes cortos de prueba, quizás llegando a la Luna y volviendo a la Tierra, para el próximo año. Desde luego sus palabras no pasarían de ser las de un visionario si no fuese por el contrastado currículum de este empresario de las nuevas tecnologías.
[Sumario]
De lo que sí ha pecado Musk siempre es de excesivo optimismo, dando fechas de salida a sus proyectos que luego quedan en evidencia. Por ejemplo, el famoso cohete que sería la base de su proyecto marciano, el Big Falcon Rocket, iba a ser lanzado en 2013, pero tuvo su histórica prueba de éxito hace escasos meses. Sin duda, si alguien tiene el mejor ánimo de emprender tan ambicioso proyecto de colonizar Marte es Musk y su empresa SpaceX; sin embargo, el avance tecnológico lleva su inevitable ritmo cauteloso, mucho más discreto que el optimista magnate de la ciencia.