Poco a poco, que las prisas no son buenas para nada, vamos a volver a retomar hábitos tan saludables como echarnos unas cañas en la terraza del bar y conversar, con distancia.

La Guardia Civil aprehende toda la carga desembarcada, 88 fardos, y detiene a 10 alijadores que huyeron a la carrera, cada uno por su lado; también han dado con 1 litros de gasolina.

Esta vez ha sido en distintas localidades de Málaga, donde tenían 9 plantas, cuya luz habían enganchado a través de túneles que llegaban a las arquetas de las calles.

Las aerolíneas mueven ficha y los ciudadanos de Europa tiemblan, ante la posibilidad de perder su derecho a recuperar el dinero que han pagado por un vuelo que no han hecho.

Estaba próximo a las costas de Vigo, cuando el operativo intervino, después de monitorizar su ruta, en una compleja maniobra, dado el elevado número de tripulantes que viajaban.

La manada de caballas que salpican la sociedad ya le han buscado negocio al Covid-19, para sacarles los dineros que reúnen los ‘invisibles’: víctimas fáciles por error de la Administración.

Rasgarse las vestiduras ante la información de un alto cargo de la seguridad ciudadana, porque nos gusta hilar tan fino como perder el tiempo, y hacerlo perder a muchos que trabajan.

Los policías nacionales han arrestado a dos españoles, de 34 y 41 años, afincados en San Pedro Alcántara (Málaga), sospechosos de pertenecer a una banda de narcos hispano-galos.

Hace días que le doy vueltas, con ganas de lanzar algunas reflexiones, que salen de la tonelada infinita de opiniones sobre la pandemia, al objeto de mantenernos confinados e informados.

Los dos tripulantes se lanzaron al agua y fueron detenidos al alcanzar la orilla, lejos de la embarcación de 10 metros de eslora, que se dirigía, presuntamente, a Marruecos a por hachís.