Los arrestados enviaron vídeos amenazadores a sus familiares, en Torrelavega (Cantabria) y Argelia, aprovechando el ingreso de la víctima por COVID-19, en un hospital de Alicante.

La organización se movía de Marruecos a las costas andaluzas, donde los agentes han realizado 18 registros, e intervenido 19 vehículos, 9 embarcaciones, 2 armas de fuego y dinero.

Mientras le quito un chupón a la espléndida tomatera, me pregunto: ¿cuándo empezó todo esto?; ¿tal vez aquel 2018, cuando la Casa Blanca reclamó más aranceles a China?; quizás.

Ocurrió el 8 de marzo, cuando un niño de 7 años falleció tras chocar con la minimoto que conducía, contra otra de mayor cilindrada, que manejaba un familiar, que ocultó los hechos.

Voy a tratar de no perder los papeles en las primeras líneas; voy a respirar profundo, para explicar lo que los tipos que gestionan la UE quieren, para que el turismo fluya con el Covid-19.

La directora general, María Gámez, ha mantenido una reunión con la Unidad que coordina unas 4 operaciones al año, preocupada por la violencia en el hogar y las ciberestafas.

Culmina una nueva operación con la incautación de una tonelada de cocaína, impregnada en cajas de piñas y limas, que han cruzado el Atlántico, y transitado por España hasta su destino.

Donald, no en pato, sino Trump, presidente de Estados Unidos, tiene claro y dice contar con pruebas, que el virus ha salido de un laboratorio chino y ha matado a 100 de sus votantes.

Ocurrió el 13 de marzo, horas antes del confinamiento, cuando agentes de Policía Nacional acudieron a un domicilio de la calle León, en un barrio madrileño del distrito Centro.

¿A quién le extraña que los chavales en Madrid se monten una treintena de botellones?, después de ver la fiesta del Ifema, lugar donde han muerto decenas de contagiados.