En 2016 Motorola presentó al mundo su idea de cómo hacer realidad la moda del momento, la idea del smartphone modular que podíamos adaptar según nuestras necesidades. Este fue el momento en el que la marca presentó al mundo los Moto Mods, una serie de accesorios que aumentaban las posibilidades de nuestro smartphone, concretamente, de la gama Moto Z de la propia marca.
Una generación después, Motorola sigue con la idea de que necesitamos los Moto Mods y continúa con su promesa de que la gama Moto Z será compatible con los Moto Mods y que no es una moda pasajera.
En esta ocasión lo hemos podido probar con el Moto Z2 Play, un smartphone que supone la puerta de acceso a estos Moto Mods en esta segunda generación y cuyo rendimiento y experiencia de usuario es calcada a la que tenemos con otro smartphone de la compañía, el Moto G5 Plus, un gama media con el que comparte el 98% de sus especificaciones, solo diferenciándose en su tamaño de pantalla que pasa a ser de 5´5 pulgadas (por el tema de seguir con el diseño para ser compatible con los Moto Mods).
El Moto Z2 Play es un smartphone de gama media en toda regla. Nos ofrece un rendimiento sobresaliente para mover cualquier aplicación, una autonomía que no nos dará problemas en el día a día (aunque deberemos de pasar por el cargador si se nos alargan los planes) y una experiencia de cámara que dependerá de las condiciones lumínicas, con buenas fotos diurnas y con fotos con algo de ruido al caer la luz.
Pero lo relevante de este Moto Z2 Play no solo es el propio smartphone, es el hecho de que sea compatible con los Moto Mods, es decir, con la gama de accesorios que Motorola (junto a otras empresas) ha creado expresamente para la gama Z de sus smartphones.
Estos Moto Mods nos permite, entre otros, convertir nuestro Moto Z2 Play en una videoconsola parecida a la Nintendo Switch, una cámara 360º, un proyector o en el centro de la fiesta gracias al altavoz creado junto a JBL.
Es cierto que esta compatibilidad con los Moto Mods tiene una influencia muy agresiva en el diseño de los smartphones, haciendo que parezcan que les falta un trozo, algo que, en realidad es así, ya que estos smartphones no se entienden sin ellos.
La unión entre el Moto Z2 Play (modelo con los que se ha probado) es por medio de unos pines que se encuentran en la parte inferior de ambos ‘cacharrines’ y ayudada gracias a la fuerza magnética que los mantiene pegados y bien pegados, pudiendo llevarlos unidos en el día a día sin preocuparnos de que perdamos el Moto Mod en un descuido.
El mayor inconveniente de estos Moto Mods puede ser su precio, un apartado en el que no se diferencian demasiado de sus alternativas más tradicionales, algo obvio y que nos demuestra que se trata de accesorios con una calidad real, que no es marketing y hay que reconocerle que tanto la cámara 360 como el altavoz JBL tienen una excelente calidad y no tienen nada que envidiarle a otros similares del mercado.
Como valoración podríamos decir que los Moto Mods son un extra a tener en cuenta si dudamos en la compra de un modelo de la propia empresa, pero no serán determinantes para la compra de un dispositivo de Motorola ya que podemos obtener la misma experiencia con gadgets más genéricos por precios similares. Es cierto que su calidad es buena y que no nos arrepentiremos de su compra, pero el hecho de que solo valgan para una serie de dispositivos concretos hace que su público sea muy reducido y que antes debamos de valorar si nos gusta el smartphone, algo en lo que Motorola siempre hace un buen trabajo.
En el caso del Moto Z2 Play, podemos decir que la compra de este dispositivo en detrimento del Moto G5 Plus vendrá de la mano de que queramos esa compatibilidad con los Moto Mods y también nos agrade la idea de aumentar el tamaño del dispositivo.