Hace unos años, todo el mundo se planteaba crear su página web en Internet. Millones de personas y empresas se lanzaron a la aventura y crearon webs corporativas, blogs, foros… Algunas tuvieron más acierto que otras aunque en aquel momento, lo realmente importante era ‘estar’ en Internet. El ‘cómo’ era algo secundario. Hoy en día, ese planteamiento ha cambiado. Actualmente, tener presencia en Internet ya no es una opción sino una obligación y un asunto que condiciona los proyectos desde sus inicios en temas fundamentales como, por ejemplo, el nombre de una startup (no es buena idea comenzar un proyecto con un nombre cuyo dominio está cogido). Es decir, la parte del proyecto en Internet no puede ser algo secundario sino que debe estar como mínimo al mismo nivel que el resto.
De esta forma, una página web debe ser realizada por profesionales para que cumpla realmente con el objetivo de dar mayor visibilidad, fidelizar clientes y tener un feedback con ellos. El acierto en la elección de la agencia de diseño podrá marcar el rumbo de la web e incluso de la empresa. Una imagen profesional y que se adapta a los diferentes dispositivos (los llamados diseños responsive) conseguirá transmitir a los potenciales clientes la seriedad y el compromiso del proyecto para convertirlos en clientes fijos y seguidores de nuestra marca.
Un caso real
Como decíamos, el diseño va mucho más allá de la elección de un color para el logotipo. La navegación, disposición de elementos, funcionalidad, claridad y la atención a cada detalle pueden convencer a los clientes o, al contrario, espantarlos. Pongamos un ejemplo real. Una pareja quiere comprar un sofá para su nuevo apartamento. Tras visitar una tienda con diferentes marcas en exposición, dudan entre dos modelos de diferentes marcas y el color a elegir. Se van a casa con la tarea de aclarar la decisión y entran en las páginas web de ambos sofás. En una casi no hay información. Es bastante pobre, con pocas imágenes y una navegación poco clara. Sin embargo, en la otra existe un confeccionador de sofás para que veas los modelos con cada color, sus imágenes son generosas, es una web clara y con atención a cada detalle. Al poder ver directamente el sofá en diferentes colores, deciden la compra. Es un ejemplo en el que una empresa ha conseguido una compra de 1.500 euros (y otra los ha perdido) por el diseño de su página web.
Como se puede ver, el diseño no sólo es una capa de barniz exterior sino que es un elemento que trata de perseguir los objetivos de la empresa: la captación y fidelización de clientes, el aumento de ventas y la transmisión de una imagen profesional, seria y líder del sector correspondiente. No hace falta ser una gran empresa. Cada día surgen proyectos de nuevas startups donde el diseño de la página web así como las aplicaciones para dispositivos móviles están resultando esenciales en, por ejemplo, captar inversores. Con los smartphones y tabletas formando parte de nuestro día a día, Internet ha dejado de ser algo secundario que se miraba determinados minutos desde el ordenador. Ahora va con nosotros, es parte de nuestras relaciones sociales así como de nuestras compras y decisiones profesionales. Cada día Internet es más real y nuestra vida más virtual.
