Ya termina el año 2017 y con él se va una temporada en el mundo de la tecnología que nos ha dejado con la miel en los labios y que ha servido como inicio de una nueva etapa en la que tanto el potencial como el diseño de los dispositivos van a cambiar.
El apartado más innovador y protagonista de este año ha sido sin duda la Inteligencia Artificial. El ser humano lleva años imaginando y trabajando para que las máquinas piensen por ellas solas, o que al menos tengan un razonamiento más o menos inteligente con el que podamos interactuar con cierta naturalidad.
Este año 2017 se ha logrado que la IA se instaure en nuestras vidas en todos los aspectos. Hemos podido ver el primer robot inteligente, Sophia, ha llegado a ser considerado ciudadano en Arabia Saudí. También hemos visto esta IA llegar a los coches, haciéndolos más inteligentes y haciendo posible la idea de que vayan solos. La IA ha llegado hasta la exploración espacial, ayudando a la NASA en el descubrimiento y análisis de cuerpos celestes.
A nivel usuario, también hemos podido ver como la IA ha llegado a nuestros hogares y a nuestros bolsillos de la mano de los dispositivos inteligentes que integran asistentes virtuales como Siri, Google Assistant o Alexa, siendo capaces de recibir órdenes, controlar nuestros hogares o incluso aconsejarnos. Esta IA ha llegado incluso a ser parte de los procesadores de los últimos smartphones presentados haciendo que sean capaces de aprender de nuestro uso o de usar las cámaras como ojos y retratar con gran exactitud la realidad para compartirlo en redes sociales.
Hablando de smartphones, este 2017 también ha supuesto un gran cambio en el diseño tradicional de los mismos. Este año hemos visto el final de los grandes marcos en la pantalla en favor de unos frontales dominados por grandes pantallas que lo ocupan todo y que también se han alargado y adelgazado, haciendo que los smartphones sean más fáciles de agarrar y tengamos pantallas más grandes en cuerpos más pequeños y cómodos de llevar.
Tampoco podemos olvidarnos de la eclosión de la realidad aumentada y la realidad virtual, dos tecnologías que no son nuevas pero que este año han logrado alcanzar el nivel deseado para que los consumidores finales disfruten de ellas y un mercado que ofrece una gran variedad de formas de poder consumirla por medio de gafas o smartphones.
En definitiva, este 2017 ha supuesto un gran cambio con respecto a los últimos años y supone un punto de inicio de lo que los próximos años nos promete sorprender y dejar con la boca abierta, acercando la tecnología real a la que hemos podido disfrutar en las películas.