Si hay algo que caracteriza a esta época son las redes sociales. Es muy difícil ver a alguien que no use este tipo de redes a diario y se han convertido en un lugar de comunicación y conexión entre personas tan importante que muchas veces hace que las distancias se hayan visto reducidas a cero.
El mayor problema viene cuando estas redes sociales se convierten en una obsesión y, por desgracia, esto es algo que la mayaría de la población está sufriendo actualmente. No es difícil encontrar a alguien, puede que tú mismo, que lo primero que hace al despertar es revisar sus cuentas en las redes sociales, que use sus redes sociales como álbum de viajes, que hable más con alguien por medio de Facebook que por teléfono, o que haya sufrido algún tipo de emoción al ver la cantidad de ‘me gusta’ en una de sus publicaciones. Tampoco es raro ver como hay gente que solo se informa por medio de estas redes sociales, y es muy posible que hayas llegado a este artículo por medio de ellas.
Realmente esto no es del todo malo, las redes sociales nacieron para eso, para ser un lugar de comunicación entre personas, el problema viene cuando su uso se convierte en algo obsesivo que llega a ser el centro de nuestras vidas.
El problema viene cuando estas redes sociales se convierten en guías de opinión de la gente, o, mejor dicho, cuando perfiles de estas redes sociales se convierten en grandes generadores y manipuladores de las redes sociales. Un claro ejemplo son los famosos ‘challenge’ de Youtube, una serie de retos que de la noche a la mañana se convierten en virales y todo el mundo comienza a imitar y realizar por todo el mundo. Otro ejemplo son las cadenas de noticias falsas que inundan la red diariamente y que crean un clima continúo de tensión emocional entre los distintos usuarios.
Un ex directivo de Facebook llamado Palihapitiya ha sido el último en dar la voz de alarma (e irónicamente se ha convertido en viral en las redes sociales), advirtiendo de que actualmente las redes sociales están pensadas para programar a las personas, haciendo que su vida depende de tener o no tener la satisfacción de tener más o menos repercusión en estas, provocando que las personas estén todo el día discutiendo sobre cualquier polémica e incluso llenando a la gente de noticias falsas.
Lo curioso de Palihapitiya es que él estuvo trabajando 6 años en hacer que Facebook creciera como lo ha estado haciendo desde su nacimiento, algo por lo que reconoce sentirse ‘terriblemente culpable’.
Esta advertencia ha salido justo en unas fechas en las que en Europa y Estados Unidos se comienza a investigar y alertar del uso de las redes sociales como vehículo de propaganda política y social que solo busca crear tensión entre los usuarios y manipularlos mediante la desinformación y la distribución de todo tipo de noticias falsas.
Lo más preocupante de todo esto es que no se trata de una simple opinión alarmista y es muy fácil observar como cada vez más las redes sociales abandonan ese factor de comunicación en favor de ser una especie de ring de combate en el que diariamente millones de usuarios se dedican a discutir y criticar todo lo que se les pone por delante.
La solución al problema es complicada y puede que esto en uno años acabe siendo una anécdota más que se enmarque dentro de la poca experiencia de la sociedad con estas nuevas formas de comunicación, algo que en su momento ya ha pasado con otras novedades como el email, los chats o el sms, nuevas formas de comunicación que fueron empleados de forma compulsiva durante años hasta que la sociedad logró aprender la mejor forma para emplearlos.
Es muy posible que nunca se acaben con los debates entre usuarios, algo que puede llegar a ser positivo, pero sí que en unos años el uso de estas redes sociales cambiará completamente superando esa obsesión por ellas que tanto preocupa actualmente.
Respecto a la manipulación social mediante las conocidas como ‘Fake news’ o ‘postverdad’ las redes sociales ya están comenzando a poner filtros en sus algoritmos para intentar frenar su proliferación. El problema de esto es que estamos hablando de un tipo de censura que ya está perjudicando a muchos creadores de contenidos que ven como lo que cuelgan no llega a todos sus seguidores, algo que también llevará su tiempo de calibrar.
