Si nos ponemos a pensar en aparatos eléctricos, pensamos inmediatamente en baterías que sean capaces de almacenar energía para luego suministrarla a algo. En el caso de los coches, la empresa Tesla puede que sea la más conocida en este mundillo y la que tiene las baterías actualmente. Pero desde el MIT ya están trabajando en el sustito perfecto para ellas.
Los mayores problemas de las baterías son su tamaño y peso. En la actualidad, para tener un coche eléctrico que tenga una autonomía decente, deberemos de dotarle de un gran paquete de baterías que limitan las opciones de diseño y aumentan considerablemente el peso del mismo, por lo que siempre se intenta encontrar un equilibrio entre tamaño de las baterías, diseño y prestaciones del mismo.
Aquí es donde entran el MIT y Lamborghini, dos empresas que están trabajando de forma conjunto en un nuevo coche llamado Lamborghini Terzo Millenio y que prescinde totalmente de las baterías actuales en favor de un nuevo sistema que es de los superconductores.
Este modelo es actualmente un concepto, una maqueta, un experimento que no se prevé que llegue al mercado, sino que, es solo un prototipo que nos ayude a entender mejor el potencial de estos superconductores y de paso ganar publicidad con la espectacularidad del proyecto (obviamente, no tendrían el mismo impacto con un Seat Panda).
Actualmente la tecnología permite que este Lamborghini Terzo Millenio sea capaz de dar 4 vueltas al circuito alemán de Nürburgring a máxima potencia sin tener que recargar ni usar combustible.
¿Y cómo funcionan los superconductores? Pues se han construido unos generadores de energía en cada una de las ruedas que alimentan a los cuatro motores que ahí se encuentran (uno por rueda), obteniendo la energía necesaria de la energía cinética creada por el movimiento del propio coche y almacenándola para cuando el mismo tenga que arrancar desde 0. El mayor problema que tienen estos superconductores es que su capacidad de almacenamiento es bastante inferior al de las baterías actuales, pero ese el reto del experimento, lograr que estos superconductores puedan ser tan eficientes como un paquete de baterías actuales.
Para ello, están trabajando en que la propia carrocería sea la que almacene la energía obtenida gracias a su composición a base de nanocubos y fibra de carbono. Esto haría que los diseñadores tuvieran total libertad a la hora de diseñar el vehículo, ya que no tendrían que contar con un espacio específico para las baterías del mismo, todo el chasis sería las baterías. Es decir, que la energía cinética del propio coche se encargaría de cargar de energía los nanotubos del chasis del coche, permitiendo que él mismo consuma y regenere esta energía a la vez gracias a la capacidad de los superconductores de absorber y transmitir energía sin pérdida y de forma casi ilimitada.
Si esta investigación tiene éxito podremos ver como los coches eléctricos del futuro ya no necesitan cargar sus baterías mediante enchufes, se recargarían ellos mismos con el movimiento, permitiéndoles tener una autonomía ilimitada que por fin supusiese una alternativa real a la comodidad de los combustibles fósiles, el mayor campo de lucha de los coches eléctricos actuales, su rapidez de recarga.