El lanzamiento del nuevo ‘shooter’ de Star Wars, Star Wars Battlefront 2, ha desatado la ira de una gran parte de la comunidad de jugadores ante el exagerado descaro de la marca EA a la hora de poner precio a las ‘recompensas’ del videojuego. Este hecho no es algo aislado y ya se lleva tiempo hablando de que las empresas están abusando en demasía del uso de compras dentro de los propios videojuegos para aumentar sus beneficios.
Si no eres aficionado a este mundillo podrá resultarte extraño pensar en que te compres un producto y luego tuvieras que pagar por tener el producto completo o la mejor experiencia. Pues esto es lo que lleva años pasando en el mundo de los videojuegos a base de vender expansiones (DLC) y micropagos dentro del videojuego que suben la factura final del videojuego más allá de los 60-80 euros que cuesta ahora mismo un videojuego.
En el caso del Star Wars Battlefront 2, los usuarios se quejan de que EA ha convertido el juego en un ‘pay to win’ (pagar para ganar) favoreciendo más a los usuarios que tienen la cartera suelta que a los que realmente tienen talento para ganar puntos en cada partida.
Para que puedas entenderlo mejor, debes saber que este videojuego es el clásico juegos de disparos en el que dos equipos se enfrentan hasta conseguir superar al otro a base de disparos y usando distintos tipos de unidades, armas e incluso algunos héroes, todo esto ambientado dentro del universo de Star Wars.
El problema viene en que, a la hora de evolucionar a tus personajes con mejores armas, mejores unidades o para conseguir uno de esos héroes, los puntos necesarios son excesivamente altos y los precios también, llegando a precios de hasta 80 euros (más que el precio del propio juego) por tener a Darth Vader, el más mítico personaje de la saga.
Pero Star Wars Battlefront 2 no es algo especial y cada vez salen más títulos que se aprovechan de estos pagos dentro del juego para aumentar los ingresos en detrimento de la competitividad dentro del juego gracias a la calidad natural de sus jugadores. Ahí tenemos ejemplos conocidos como la saga Call Of Duty, Fifa, Destiny…
Caso aparte está el hecho de que los usuarios de videoconsolas tengan que pagar una suscripción para poder jugar por internet contra otros usuarios, algo que hoy en día es casi obligatorio ya que la mayoría de videojuegos más vendidos están pensados por y para ser usados en su ‘modo online’, como pasa con el Gran Turismo Sport presentado recientemente y que requiere de una conexión constante y solo de modos online. Además, este modo online te obliga a que debas de tener el último título para poder hacer uso de este servicio, poniendo fecha de caducidad al juego que sale.
A esta política de pagos actuales hay que sumarle las continuas quejas que tienen los usuarios ante los nuevos títulos que salen al mercado lleno de errores que se solucionan a base de parches y actualizaciones (estas gratuitas) posteriores a la venta y que obligan al usuario a esperar para disfrutar de forma correcta al videojuego que han comprado.
El próximo capítulo de este culebrón podría ser el modelo que EA ya ha dejado caer en alguna entrevista y es el de suscripción, proponiendo que los usuarios en lugar de comprar el videojuego, se suscriban a él al estilo de Netflix o Amazon Prime y así evitar tener que estar sacando entregas nuevas anuales y actualizando el propio videojuego de forma continuada, como hasta ahora, pero añadiendo las mejoras correspondientes a una nueva entrega directamente a través de ellas.
No deja de ser curioso que en una época en la que los eSports están en pleno auge, la industria del videojuego tradicional esté recibiendo tantas críticas y tenga el ambiente tan tenso entre los jugadores y las grandes empresas del mundillo.
