El nuevo iPhone 8 de Apple llegó al mercado hace pocas semanas y desde entonces ya han surgido distintos casos en los que los usuarios han denunciado en redes sociales que sus nuevos dispositivos han explotado a la hora de cargarlos, hecho que nos ha hecho recordad el del Samsung Galaxy Note 7.
En 2016 y por estas fechas veíamos como Samsung se vio obligada a retirar del mercado a su preciado nuevo modelo Samsung Galaxy Note 7 por un problema en las baterías, unas baterías que tenían la posibilidad de explotar debido al espacio que Samsung había dedicado a ellas.
Tras esto y pese a que la excusa oficial fuera la del espacio, lo cierto es que Samsung dejaría de comprar las baterías de la empresa Amperex Technology Limited (ATL) que fueron los que le dieron las mismas y que rechazaron unirse a las nuevas reglas de seguridad de la marca surcoreana, dejando entrever que realmente la causa de las explosiones fue también debido a la calidad de las mismas, algo que ya se rumoreaba desde el principio del caso.
Lo curioso de todo esto es que Amperex Technology Limited (ATL) es también el proveedor oficial de baterías de Apple y de los iPhone, por lo que estos casos que están saliendo de iPhone 8 explotando a la hora de ser cargados nos hacen pensar que es posible que estemos ante un nuevo caso de un problema grave con las baterías de esta marca.
Y es que son varios los casos que ya han reportado en redes sociales los problemas con sus nuevos iPhone 8 a la hora de ponerlos a cargar. Principalmente el problema viene que al estar en el proceso de carga las baterías de han hinchado y estas han reventado desde dentro el dispositivo, llegando incluso a quemar parte de sus componentes.
De momento todos los casos están localizados en países asiáticos, por lo que es posible que todo provenga de una sola partida defectuosa o por una trágica curiosidad. Por parte de Apple no ha habido ninguna declaración y si no suman más casos, es posible que no lo hagan.
Para Apple sería un gran palo tener que realizar la estrategia de Samsung de retirar del mercado su nuevo mejor terminal, y más a las puertas de la llegada del iPhone X, el smartphone más innovador y arriesgado de la marca hasta la fecha.