A Apple se le puede críticar muchas cosas, pero lo que no se le puede negar es que es una de las empresas con mayor número de fans incondicionales del momento. En este artículo toca hablar de su próximo lanzamiento, el iPhone 9 y de como es un claro ejemplo de como ahorrar costes contentando a tus fans.
El próximo iPhone 9, que presumiblemente se presentará por Marzo para eclipsar los lanzamientos de otras marcas que se llevarán a cabo a finales de febrero en el MWC, es un claro ejemplo de que Apple no necesita invertir ingentes cantidades de dinero en diseñadores ni I+D para tener a toda la prensa encima y a sus seguidores contentos, logrando un combo difícil de conseguir en la actualidad.
Para situarte un poco, el iPhone 9, o iPhone SE 2, va a ser el quinto año que Apple lance un iPhone con el mismo diseño. Este diseño será el visto en las series iPhone 6, iPhone 7 y iPhone 8, siendo el 9 el último modelo que lo utilice, o al menos por nomenclatura es lo que se extrae, ya que el iPhone 10 es el iPhone X, etc.
Muchos podrán pensar que estamos ante una muestra de falta de innovación por parte de Apple, pero realmente es una obra maestra de la empresa más relevante del mundo tecnológico, ya que logra contentar a los enamorados de ese diseño, que son muchos, trae de vuelta el touch ID y se ahorra un pastizal en invertir en un nuevo diseño y logra reciclar todos esos modelos antiguos que tenían en stock y que la gente le ha estado dando para comprarse los nuevos modelos.
Las 3 claves de la jugada
Vayamos por partes y ahora te paso a explicar los 3 puntos clave relacionados por los que digo que es una jugada perfecta:
1. Primero está el usar un diseño antiguo que les ha dado muchos éxitos. Esto es así, este diseño ha sido usado tanto tiempo porque la gente estaba encantada y muchas marcas lo imitaron sin cortarse un pelo por eso mismo. Puede parecer anticuado a día de hoy, pero para la gente que ve grandes los nuevos modelos (que no lo son tanto) estará encantada de poner comprar un iPhone con pantalla más pequeña y con un diseño más tradicional y encima por 500€ (según rumores). Sería comprarse una actualización (procesadores y cámara principal del iPhone 11) interna del iPhone que tanto les gusta y eso es muy fácil de vender.
2. Aprovechando esto, Apple le da salida a todos esos iPhone 8 y anteriores que no vendió por la salida del iPhone X y iPhone 11, a lo que hay que sumar todos esos iPhone anteriores que la gente les ha ido dando y cuyas partes guardan, si están en buen estado, para crear nuevos modelos. Esto es algo reconocido por ellos y me parece una idea genial, ecología y capitalismo todo en uno, chapó.
3. Después está el tema del Touch ID, un elemento que parecía que desaparecía en favor del reconocimiento facial Face ID, algo que la propia marca recalcó en su presentación. Pues ahora llega el año en que parece que vuelve bajo la pantalla de los iPhone ¿12? y Apple lo resucita antes en un modelo barato para contentar a los que no se sienten cómodos con Face ID, esos que quieren su huella y que mayoritariamente son los mismos del punto del diseño. Además, ya tienen la excusa de que lo meten en los nuevos porque los usuarios lo quieren y ellos se lo dan, algo así como: "Tu privacidad doblemente segura con Apple, el reconocimiento de siempre ahora mucho más seguro".
Todo esto son conjeturas que el tiempo dirá si se acercan más o menos a la realidad, pero todo indica a que sí, estamos ante una jugada maestra de Apple que mete en el mercado un iPhone barato que quiere repetir el éxito del iPhone XR y del iPhone 11 y aprovecha para contentar a sus fan más conservadores mientras resucita disimuladamente un sensor de huellas del que renegaron hace un par de años. Todo ello ahorrando unos costes relevantes a la marca.