Las estructuras que soportan los movimientos sísmicos y hasta un terremoto, por lo general cumplen con ciertas características. En algunos países donde en las pasadas décadas no se dio importancia a ese tema, las consecuencias son palpables. No solo en los casos donde la estructura falla completamente sino también en los daños de menor importancia pero que deterioran a la edificación.
Los movimientos sísmicos prácticamente ocurren a diario y en múltiples intervalos de tiempo, es por ello que los gobiernos deben tomar medidas drásticas a la hora de permitir construcciones.
A manera particular si alguien va a adquirir una vivienda, debe asesorarse con un ingeniero antes de comprarla. Una revisión física de la edificación puede ser suficiente en algunos casos para saber si es una buena inversión o no. La calidad de los materiales y acabados, las dimensiones de las columnas, las condiciones del terreno e incluso su historia, son factores que determinarán si esa casa perdurará en el tiempo.
Sin embargo hay otras cosas que un ingeniero debería revisar, por ejemplo si hay planos de construcción puede verificar los detalles y si existe la posibilidad comprobar de manera aleatoria si la cantidad de acero requerido en el plano fue el que se usó para las vigas y columnas.
La mala canalización de las aguas de lluvia son factores que en cierta manera aumentan las posibilidades de debilitamiento en una estructura y su falla ante eventos sísmicos. La falta de muros de contención donde es necesario también puede incidir en consecuencias negativas.
