Herny R.R., un español de origen dominicano de 26 años, protagonizaba un suceso poco común : salía corriendo justo antes de declarar en el juzgado de Getafe, en Madrid.
Dos guardias civiles acompañaban al preso a las diez de la mañana a las puertas del juzgado. Se le acusaba de un robo, tramitado por la Benemérita de Punto. Momentos antes de su entrada, el esposado empujó a uno de los agentes, saliendo a la carrera hacía un BMW serie 1 rojo que lo esperaba con una puerta abierta. Dentro de él se encontraban varios encapuchados, que han arrancado hacia la carretera de Toledo con su amigo dentro. Los agentes no han podido hacer nada para salir a buscarlos, pues un coche en medio de la calle les cortaba el paso. Uno de ellos ha sido herido leve.
Henry estaba detenido en la prisión de Navalcarnero, también en Madrid. El hermano del fugado es un viejo conocido de las fuerzas del orden, pues es uno de los jefes de la banda latina Los Trinitarios. Ya había sido acusado en otras ocasiones de otros robos.
Según fuentes policiales, “ha sido de película”. La Guardia Civil se defendía, alegando que “se ha cumplido el protocolo de traslado”. No opina lo mismo la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), que defendía que deberían haber custodiado al detenido tres guardias civiles como mínimo.
Se han montado controles de Policía Nacional y Guardia Civil para intentar detener al detenido.
