Agentes de la Policía Nacional han dado con otra rama de la mafia criminal nigeriana, dedicada a la explotación sexual y han liberado a cuatro víctimas. Las investigaciones han posibilitado la detención de 5 miembros de esta red, en las provincias de Madrid y Alicante donde estaba asentada la banda.
Las víctimas eran obligadas a ejercer la prostitución en un clima de amenazas, palizas y coacciones para saldar una deuda que ascendía a los 30 euros. Sus explotadores marcaban los precios por los servicios sexuales variando de 20 a 30 euros, dependiendo del tiempo que permanecieran con los clientes.
3.400 detenidos
Desde la puesta en marcha del Plan Policial contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual, en 2013, se han realizado más de 1.400 operaciones, con más de 3.400 detenidos, más de 1.900 víctimas y se han recibido en el teléfono 900 10 50 90 y en el correo trata@policia.es, más de 6.800 comunicaciones.
Las investigaciones iniciadas en Almería revelaban que varias nigerianas estaban en situación de explotación sexual y que ejercían la prostitución callejera, en el centro de Madrid y en cortijos y pisos de la provincia de Almería.
Están por toda Europa
Algunas de las víctimas utilizaron la misma ruta hasta llegar a Italia, siendo su destino final la explotación sexual, primero en Madrid y Almería, respectivamente, para terminar algunas de ellas en un cortijo de Níjar (Almería). Los principales miembros de la red, que poseía una fuerte estructura tanto en Europa como en Nigeria, eran un hombre asentado en Níjar (Álmería) y una mujer que operaba desde Móstoles (Madrid).
El largo viaje
Según el relato de dos de las víctimas, estas fueron captadas en Benin City (Nigeria). Dos de las víctimas iniciaron el viaje pasando por las ciudades de Lagos y Kanu y a continuación atravesaron el desierto llegando a las ciudades de Agadez y Arlit, en Níger.
Al llegar a Tamanrasset (Argelia) y luego a la ciudad libia de Misurata, partieron hasta Italia en patera. Una vez allí realizaron un recorrido diferente, una de ellas viajó en autobús desde Bolonia hasta Almería, acompañada por el principal miembro de la organización, y en el caso de la otra víctima su viaje fue en avión desde Turín, también junto a un miembro de la red, hasta Madrid, para ser puesta a disposición de la otra líder de la organización.