La Guardia Civil ha detenido al sospechoso de matar a su pareja sentimental, cuyo cadáver fue encontrado el 27 de septiembre, en el vertedero de Gádor (Almería). La detención de K.K., mauritano de 30 años y que ya está en la cárcel, se ha producido en la terminal 4 del aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid, cuando intentaba fugarse a su país. Se le imputan los delitos de homicidio doloso en el ámbito de la violencia de género y de denuncia falsa.
Identificación de la víctima
La investigación se inició cuando un operario de la planta de reciclaje de Gádor (Almería) dio aviso a los servicios de emergencias del hallazgo de un cadáver. La víctima, cuya autopsia determinó una muerte violenta, se encontraba indocumentada y sin efectos personales, lo que dificultó su identificación. Paralelamente, la Guardia Civil detectó en Roquetas de Mar una denuncia por la desaparición de una mujer marroquí, formulada por su pareja. Los agentes entonces identificaban el cuerpo como el de la mujer marroquí de la que se había denunciado su desaparición.
Proxeneta
Los investigadores se dieron cuenta de que había incoherencias en el relato del hombre que había denunciado la ausencia de su compañera, y lograron averiguar que la víctima era una mujer que ejercía la prostitución en Roquetas de Mar y que el denunciante, era además de su pareja, su proxeneta.
Vende el coche
El estrecho seguimiento al que se le sometió al sospechoso permitió conocer a los investigadores que, días después de denunciar la desaparición de la mujer, el mauritano había vendido su coche a un amigo, vehículo que comprobaron lo había utilizado para trasladar el cadáver de la mujer, y que fue hallado en la localidad de Abla.
Se va a Madrid
Se averiguó que K.K., se había ido a Madrid para pedir un visado a la Embajada de Mauritania con la idea de viajar a su país, con escala de la aerolínea en Marruecos. Para ganar tiempo y poder fugarse, el sospechoso les dijo a los investigadores que la mujer había aparecido y estaba en Murcia con otra persona, y que él estaba iba a ir allí, para convencerla de que regresara a su casa.
Mentira tras mentira
Todo era falso, claro, porque los guardias civiles iban tras él, mientras hacía esa llamada cuando viajaba a Madrid; un trayecto en el que los agentes no le perderían de vista y en el que comprobaron que su intención era dificultar la investigación. Cuando K.K. estaba en el Aeropuerto Adolfo Suárez con destino a Casablanca (Marruecos)-Mauritania, fue detenido por los investigadores de Almería, que le habían vigilado desde que puso la falsa denuncia de desaparición.
Se niega a todo
Una vez arrestado, no quiso dar la dirección de su domicilio, argumentando que solo hacía 2 meses que vivía en ese piso, donde ejercía de proxeneta y controlaba los movimientos de la fallecida, al punto que ni los familiares de la víctima sabían donde vivía. Finalmente, dieron con la casa de Roquetas de Mar y durante su registro obtuvieron evidencias, que junto a las ya recopiladas, implican a K.K., con el homicidio.