Era el cabecilla de una organización internacional de narcotráfico que enviaba grandes partidas de cocaína desde Brasil y Colombia a Europa, camufladas en bloques de mármol a través de empresas de importación y exportación legalmente constituidas.
Vida itinerante
El arrestado se había labrado una reputación entre la alta sociedad madrileña valiéndose de su imagen y profesión como empresario de arte y cultura, pero sobre él pesaba una Orden Internacional de Detención emitida por Brasil, tras la incautación, en ese paí,s de 150 kilos de cocaína, por lo que decidió trasladar su centro de operaciones a Europa, alternando sus estancias en varios países, como Grecia, Italia, Alemania y España.