La Guardia Civil ha detenido a 4 marroquís, 3 hombres y 2 mujer, que ya han entrado en prisión, por gestionar dos burdeles en Melilla, ambos en el mismo inmueble, en el que las chicas que traían de Marruecos trabajaban de prostitutas y facilitaban a los clientes drogas. Además, hay una quinta persona investigada en las diligencias.
Chicas pobres, pobres chicas
La banda captaba a las mujeres en zonas marroquís deprimidas económicamente, a las que cobraban por facilitarles cruzar la frontera a Melilla, donde se establecían para nutrir su negocio de chicas jóvenes, en situación irregular en España y con escasos recursos para liberarse de ese trabajo e iniciar una nueva vida.
Los bebés, el pasaporte
Cuando las explotadas quedaban embarazadas y tenían a sus hijos, los proxenetas les facilitaban a un ‘padre’ español, a cambio de dinero, para que el niño tuviera pasaporte nacional y ellas la tarjeta de residencia en el país.
Drogas
En los 2 registros domiciliarios realizados en los dos pisos se han intervenido 3 kilos de polen de hachís, cocaína, libros de familia a nombre de terceras personas, un pasaporte español a nombre de un recién nacido, así como dinero español y marroquí, además de documentación y móviles.
Parece que el líder de esta banda, de 40 años, llevaba tiempo con su negocio abierto, y los agentes les seguían la pista desde hace más de un año.