El arrestado el 7 de abril de 2017, de origen ruso, ha sido entregado a los agentes norteamericanos, tras 10 meses de encarcelamiento. Su detención se produjo como resultado de una Comisión Rogatoria Internacional, que llevó a un registro del domicilio del sospechoso, para dar con objetos relacionados con los delitos cibernéticos investigados
Controlaba la botnet Kelihos
El ahora extraditado había creado durante 10 años una infraestructura cibernética a través de una red de ordenadores. Controlaba a sus víctimas de forma remota, sin conocimiento de sus propietarios, con servidores de comando y control. Robaba las credenciales personales y distribuía spam.
El objetivo era bloquear el acceso a la información contenida en el sistema de la empresa o persona ‘atacada’, mediante su cifrado, y pedir un rescate económico para su liberación.