Casi un año y medio de investigaciones, con cientos de interrogatorios y 2 de datos de teléfonos móviles analizados, situaron, en noviembre de 2016, a J.E.A.G., El Chicle, en la escena de la desaparición de Diana Quer López, el 22 de agosto de aquel año, en A Pobra do Caramiñal.
Su detención se precipitó a partir del 25 de diciembre de 2017, cuando El Chicle aborda a una joven en la localidad de Boiro, a la que intenta robar el móvil, instándola a que se lo entregue. La chica se niega; se produce un forcejeo y El Chicle se va sin el teléfono. La víctima toma nota de la matrícula del coche y su agresor se da cuenta de ello, por lo que vuelve hacia ella con una herramienta en la mano.
El Chicle abre el maletero y la obliga a meterse, pero ella deja una pierna fuera por lo que no puede cerrar el maletero con ella dentro. En ese momento aparecen dos hombres y ella comienza a pedir auxilio, a la vez que sale del maletero. La joven es ayudada por los dos testigos y El Chicle huye.
Detenido
La denuncia de esta mujer y los datos que aporta: la matrícula del coche y sus características físicas, llevan a los agentes al domicilio de El Chicle que comparte con su mujer. Los investigadores detienen al matrimonio y son llevados a comisarías distintas, donde en el interrogatorio, la mujer dice que la noche en que desapareció Diana, su marido había ido a robar gasolina y que, si cuando fue preguntada, meses atrás, dijo que ella le había acompañado, no era así; la noche del 22 de agosto ella se quedó en casa.
Con la coartada que durante 16 meses le ha protegido, desmontada, El Chicle confiesa. Da tres versiones sobre la noche de autos. Una que al dar marcha atrás con su coche sintió un golpe y cuando salió, vio a Diana caída en el suelo, con un golpe en la cabeza. Como se encuentra en libertad provisional, dice que se asusta y que coloca el cuerpo de Diana en el asiento del copiloto.
Una segunda versión es que obligó a Diana a subirse al coche, en el asiento de al lado del conductor, y que como ella se resistía a darle el móvil y gritaba, la estranguló y tiró su cadáver a la ría.
La tercera versión es la que parece más creíble, ya que El Chicle da los detalles de dónde escondió el cuerpo de Diana: en el interior de una nave abandonada, donde hay un poco de unos 10 metros de profundidad, con una boca de 1,5 metros de diámetro, tapada con una losa de hormigón de unos 8 centímetros. Esta tapadera, imposible de mover, cuenta con una apertura, de unos 40 x 40 centímetros, que es por donde arrojó el cuerpo sin vida de Diana Quer López.
16 meses
El coronel Manuel Sánchez, de la UCO, ha relatado los 16 meses de investigación, en los que se han analizado 2 de datos de teléfonos móviles, cientos de imágenes de cámaras de establecimientos y autovías, cientos de entrevistas e interrogatorios a familiares y amigos de Diana Quer, a vecinos de A Pobra do Caramiñal y otras poblaciones cercanas… “Una investigación muy compleja, muy larga y la más mediática de las que he vivido en toda mi carrera”.
Sánchez ha recordado que “este tipo de casos son muy complejos de investigar, porque no hay testigos, no hay móvil, no hay víctima; nos hemos llegado a plantear si había delito, porque Diana podía haberse ido voluntariamente. Ahora es fácil saber qué es lo que teníamos que hacer y dónde buscar, pero los hechos sucedieron durante unas fiestas de un pueblo, y en ese escenario es casi normal que una joven no vaya a dormir a su casa. Sin embargo, en cuanto la madre de Diana cursa denuncia, el agente sospechó que podía tratarse de un secuestro”.
Todos los movimientos
Desde ese mediodía del 22 de agosto, la policía judicial de Noia comienza a buscarla. Se reconstruyen los movimientos y se rescatan mensajes y llamadas que ha enviado Diana a sus amigos horas antes de desaparecer, y los agentes se dan cuenta de que “algo raro ha ocurrido”, al punto de pasar la investigación a unidad central de A Coruña y el equipo especial de la UCO de secuestros. Un “trabajo en conjunto entre dos unidades, una en Coruña y otras por toda España”.
En la génesis que hace el coronel Manuel Sánchez, subraya que “corrimos mucho desde el primer momento, para intentar salvar una vida, la vida de Diana, porque después de los primeros días ya sabíamos por dónde ha salido Diana de A Pobra. Sabemos que ha salido en un coche y tenemos el itinerario que ha recorrido. Y tenemos una primera recomposición de qué hizo esa noche”.
Un coche
“Desde las 02:42h, hasta las 02:58h, del 22 de agosto, el teléfono de Diana, se sitúa en zonas amplias que hay que estudiar. En este caso con las unidades de investigación tecnológica de la UCO, que han hecho mediciones sobre el terreno durante año y medio. Estudiamos la vida de Diana, con cientos de entrevistas que no nos llevaron a ninguna pista; y las no pistas nos llevan a la hipótesis de que un desconocido la abordara, y hablamos de probabilidades: el que haya sido, ¿ha actuado solo o acompañado?
El coronel cuenta que, “la investigación la centramos en vehículos, telefonía, la población de feriantes y la cuarta hipótesis que es el ‘malo’ que ha cogido a la chica. Lo que haya ocurrido ha sido en un vehículo. Visualizamos las grabaciones de 40 Cámaras de pueblos y autovías, para reconstruir trayectorias y ver cuál es el coche en el que se la han llevado; todo ello con la ayuda altruista de ISV, una empresa de Porriño, que fue importante”.
27 de octubre
El 27 de octubre aparece teléfono de Diana en la ría; “eso nos orienta hacia que el que lo ha hecho es alguien profesional en el ámbito de la delincuencia, porque toma medidas para no ser pillado. El teléfono va a criminalística, pero como no se pudo sacar los datos en España, se llevó fuera. El teléfono nos sitúa en que a las 02:58h, el coche que se lleva a Diana está en el puente. Hay 3 posibles coches, que se investigan hasta quedar en uno: era el coche de El Chicle, perfectamente identificado, y con un 50% de posibilidades de haber sido él”.
“Del estudio del teléfono hay un hecho que no cuadra: el teléfono de Diana y el coche salen por distintos puntos de A Pobra. Aún así, nos centramos en el sospechoso, porque todo coincide con lo que hace Diana, menos la incompatibilidad de los teléfonos. Hasta que en noviembre de 2016, cuadran las cosas. Su perfil, sus antecedentes, cuadra por su tendencia a delinquir”.
¿Solo o acompañado?
Con un sospechoso claro surgen nuevas hipótesis: “¿Iba solo o acompañado? Empieza el trabajo sobre él; el equipo de seguimientos se desplaza a Coruña. Sabemos que tratamos con un profesional de la delincuencia, en un terreno que domina, que es difícil de trabajar por el acento; no somos gallegos y se nos detecta. Él está concienciado de que le pueden estar siguiendo y eso le da ventaja”.
“Se mosquea, no tiene la certeza, pero se mosquea. El 24 de noviembre, llama a la Guardia Civil, y localiza al agente que le había entrevistado meses atrás, dentro de la investigación y búsqueda de Diana. El Chicle le dice, ‘creo que me están siguiendo ¿sabes por qué?’, porque quería saber qué sabíamos nosotros, si era nuestro principal sospechoso. Durante la conversación con el guardia, comete el error de comentar que él, esa noche del 22, estaba en la fiesta, pero que no ha tenido nada que ver con la desaparición. Nos damos cuenta de que en su primera declaración, el 30 noviembre, cuando le citamos a declarar a él y a su mujer, no se sitúa en A Pobra, dice que la noche del 22 de agosto, sale a robar gasolina, versión que la mujer respalda y añade que estaba con su marido, pero el teléfono móvil de ella, esa noche, no se mueve de la casa donde viven”.
Caso cerrado judicialmente
“Nosotros dudamos aquel día de esa versión, incluso cuando sus cuñados ratifican esa coartada y dan cobertura a El Chicle. Y surge otra gran duda: la esposa ¿encubre o es coautora? El Chicle nos deja un teléfono que no es el que buscamos; y nos deja otro, el suyo, que es el que llevaba la noche de autos, pero lo ha reseteado, porque dice que se le ha estropeado y que ha tenido que arreglarlo. De ahí no sacamos información”.
“El Chicle accede a que revisemos sus vehículos, buscando algún vestigio, que no encontramos. Ha intentado sortear la investigación en todo momento. Pinchamos el teléfono, entre él y su esposa, para conocer el contenido de sus conversaciones, y no sale nada. Las conversaciones están preparadas, perfectamente ‘enlatadas’. Es un profesional de la delincuencia que sabe lo que hace. Nos quedamos sin elementos de prueba objetivos, contra él. El 19 de abril, de 2017, se suspenden las diligencias por parte del juez, hasta que se avance en la investigación.
Reunir pruebas
“Nosotros estamos seguros de quién es el autor de la desaparición de Diana, pero no tenemos pruebas. Seguimos en la investigación, pero con pocas herramientas al cerrarse la investigación judicial. Le seguimos y buscamos información en su entrono. En julio de 2017, se desbloquea el teléfono de Diana y accedemos a la información que nos da puntos exactos de qué es lo que ha hecho. Y situamos a Diana en un coche, en una gasolinera, a la salida de A Pobra, y sabemos que el que se la ha llevado, no tiene vinculación con ella.
En agosto, hacemos reconstrucciones, nos vamos decenas de agentes la noche del 21, para estudiar el escenario donde ocurrieron los hechos, casi tal y como habían ocurrido, un año antes, durante las fiestas, para hacer la foto más exacta posible. Las mediciones de los ingenieros de la UCO confirmaron que las redes de telefonía estaban saturadas, aquel 22 de agosto, y que los datos de situación no eran exactos. El teléfono de El Chicle, se sitúa saliendo por el sur de A Pobra.
Es él
En noviembre de 2017 “no tenemos ninguna duda de que a Diana se la llevó El Chicle y se confirman todas las sospechas: sabemos que es el autor, pero tenemos que buscar pruebas para que el juez reabra el caso”.
“Si no encuentras el cuerpo, aunque consigas detener al autor, es difícil, y luego la familia: encontrar el cuerpo es el 50% del caso, porque es muy importante. A finales de noviembre ponemos un debate en la mesa: ¿lo detenemos? Acabamos los informes técnicos, para llevarlos al juez y que constituyan las pruebas del delito. Sabíamos que tenía su punto débil en los que le habían dado cobertura: su mujer y los cuñados.
Semana frenética
Lo más duro: ¿por dónde tiramos? Hemos descartado a los feriantes, después de saber dónde estaba cada feriante de día y de noche, y hemos contado con su colaboración y apoyo absoluto. Uno de los feriantes, esa noche y a esa hora, escuchó una discusión de pareja. Hemos estudiado los casos de su entorno: delitos, desapariciones, ex convictos… La personalidad del chicle estaba en este colectivo.
El coronel de A Coruña, Jambrina, dice que la última semana de diciembre, “ha sido frenética. Estaba claro y estábamos seguros de que el autor era el Chicle. Nos quedaba ordenar los datos para convencer al juez de que es el autor, y abra el caso y metamos medios. En ese punto estábamos cuando se denunció el intento de robo y secuestro, en la noche del 25, en Boiro”.
Esa denuncia ha llevado a los agentes a la casa de El Chicle, a su detención y entrada en prisión y a recuperar los restos mortales de Diana Quer.
En el pozo
El coronel Jambrina, ofrece los datos del hallazgo del cadáver de la joven madrileña. “El cuerpo estaba en un pozo, dentro de una nave industrial que había sido un almacén de muebles, donde tiempo atrás había trabajado El Cicle. El pozo está cubierto por una losa de hormigón, de unos 8 o 10 centímetros de grosor, y tiene uno 10 metros profundidad, con una boca de 1,5 metros. La losa de hormigón que lo cubre tiene una pequeña boca de 40 x 40 centímetros, por donde El Chicle tiró a Diana.
Cuerdas y ladrillos
Los Bomberos de Riamxo se emplearon a fondo, para apartar la losa de hormigón, que retiraron con la ayuda de un camión.
“Uno de nuestros perros marcó que en el interior hay restos biológicos, que había un cuerpo, porque desde arriba solo se ve agua. Vinieron los GEAS y metieron una cámara submarina y, a los 8 metros, se confirmaron las sospechas y se ve el cuerpo, bastante bien conservado. Es un aljibe de agua potable, sin fauna ni corrientes, a una temperatura baja y estable, lo que ayuda a que el cuerpo se haya conservado bien estos 16 meses.
El cadáver tenía dos cuerdas, atadas a las manos y a la cintura, con dos ladrillos de hormigón, con la intención de hundir el cuerpo. Dentro del pozo estaba también el bolso de Diana y una brida, posiblemente usada por el autor ”.