La justicia valenciana ha declarado culpable de asesinato, con agravante de parentesco, a una joven que mató de una puñalada a su recién nacido. Delito por el cual ha sido condenada a 15 años de prisión.
Los hechos ocurrieron el 6 de agosto de 2014, cuando la mujer, que por entonces tenía 18 años, dio a luz en el baño de su casa, después de ocultar el embarazo a su familia. Tras el parto, colocó al niño en la bañera, cortó el cordón umbilical y clavó un cuchillo de sierra en el tórax del pequeño. Después de matar al bebé, lo metió en una bolsa y lo arrojó a un contenedor.
Horas después, la joven acudió al hospital, debido a un fuerte sangrado. Fue en el centro hospitalario donde confesó, de forma espontánea, el crimen a unos agentes de la Policía Nacional. Precisamente esa confesión y el arrepentimiento que ha mostrado, han servido como atenuantes en la condena.