Era la señora de la limpieza, que trabajaba en casas y empresas, la que les facilitaba los datos a sus compinches, ecuatorianos y colombianos, para que entraran a robar y desvalijar, donde había buenos botines.
La denuncia que un empresario puso ante los Mossos, en Barcelona, puso a los agentes sobre la pista de esta banda. El denunciante relató que tres hombres habían entrado en las oficinas de su empresa y, a pesar de conminarles a no ser violentos ya que les iba a entregar el dinero que había en el local, los individuos le maniataron con bridas, le apuntaron con una pistola y le golpearon.
En un momento de descuido, el empresario pudo huir y ponerse a salvo, mientras que los ladrones arramplaban con todo y se daban a la fuga.
Tanteo
Los agentes comprobaron que unas horas antes del robo, los ladrones habían estado en las oficinas, con el pretexto de pedir un presupuesto, a fin de conocer el número de trabajadores que había. Los delincuentes vestían como si fueran operarios, para no levantar sospechas.
Estos datos, unidos a la descripción que dio la víctima de ellos, el grado de violencia empleado en el robo y el utilizar bridas para reducir a las víctimas, hizo que los Mossos dieran con la banda y la empleada de limpieza que les facilitaba el trabajo, porque ya habían sido detenidos con anterioridad, por hechos similares.
Ante el juez, el magistrado ha ordenado su ingreso en prisión.