El 13 de noviembre de 1992 España entera se paralizó por un suceso que, aún hoy, sigue sin resolverse del todo. Miriam, Toñi y Desirée, tres adolescentes de la localidad valenciana de Alcàsser, desaparecían cuando se dirigían a una discoteca en la vecina localidad de Picassent.
Nada se supo de ellas hasta que, el 27 de enero de 1993, dos apicultores encontraron sus cadáveres semienterrados en un paraje de difícil acceso, conocido como La Romana. Las autopsias confirmaron que las jóvenes, que no superaban los 15 años, habían sido torturadas, violadas y asesinadas de un disparo.
Un día después de que se encontrasen los cuerpos, se detuvo a varios sospechosos. Entre ellos se encontraba el único condenado por los crímenes, Miguel Ricart. El joven, que por entonces contaba con 23 años, admitió su participación ante la Guardia Civil y en septiembre de 1997 fue condenado a 170 años de prisión.
Otro de los detenidos fue Enrique Anglés, que salió en libertad el 30 de enero de 1993. Enrique era hermano de otro de los sospechosos, Antonio Anglés. Éste último jamás fue encontrado; se fugó de Alcàsser aprovechando un permiso penitenciario y jamás volvió. De hecho, se le ha seguido buscando por varios países de Europa y Latinoamérica, aunque hay rumores de que se ahogó en Irlanda. Anglés está considerado como el autor principal de los crímenes, con Miguel Ricart de cómplice.
Este crimen, que tan de actualidad estuvo en los 90, volvió a la palestra en 2013. En octubre de ese año, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos anuló la retroactividad de la Doctrina Parot. Este recurso había sido aplicado en el caso de Miguel Ricart y era lo único que permitía mantenerlo en prisión.
Esta anulación provocó que Ricart saliese de la cárcel en noviembre de 2013. La decisión provocó mucho revuelo y fue recurrida, sin éxito, por las familias de las niñas. Al ser puesto en libertad, Ricart estuvo sometido a un gran acoso mediático y aseguró ser una cabeza de turco en ese caso. Finalmente, se marchó a Francia el 12 de diciembre de ese mismo año.
