Todos están atentos porque pronto empezarán las clases presenciales y muchos padres se preguntan si realmente esto será seguro. Lo cierto es que los niños no pueden permanecer encerrados en las casas por siempre y en algún momento se tendrá que afrontar la realidad.
Gracias a los avances científicos y médicos ya se conoce exactamente cómo se propaga el virus, de manera que lo que queda es que todos, grandes y pequeños, aprenden a vivir en esta nueva normalidad.
Bioseguridad en las aulas de clase
Cuando se trata de niños siempre hay un factor de riesgo porque son más difíciles de controlar. Sin embargo, los padres y maestros pueden emplear técnicas para que todos conserven la salud. En la casa se debe enseñar a los niños a que deben hacer caso a los maestros en todo lo referente a la bioseguridad.
El uso del tapabocas o mascarilla, el lavado de manos, el gel antibacterial, y en algunos casos hasta la vacuna en los niños, serán elementos indispensables para la vida. Si los padres ponen un buen ejemplo a los niños a estos le será más fácil poner en práctica las medidas de bioseguridad en las escuelas.
En la casa, el lavado de manos debe ser una regla general para todos los miembros de la familia, no una vez al día sino en cada momento, cuando se toque una mascota, antes de comer, después de jugar, antes de dormir, y por supuesto al regresar de la calle.
Padres, niños y maestros unidos contra el virus
Cómo es de esperarse, en las escuelas habrá normas muy rigurosas para dar clases presenciales en medio de esta pandemia. En algunos casos el número de niños será limitado por aula, la distancia entre los pupitres también será establecida de acuerdo a las normas sanitarias, y es posible que se controle de manera muy exhaustiva los momentos en que los niños circulen por los pasillos.
Se debe estar atento a todas las indicaciones de las autoridades para que este regreso a clases sea lo más beneficioso posible para todos. En algunos casos algunas familias decidirán no mandar a sus niños al colegio y es comprensible porque no todos están preparados emocionalmente para salir del hogar luego de este confinamiento. Es posible que para algunas familias se necesite hasta ayuda psicológica para que puedan enfrentar al nuevo mundo que están por ver.
Otra preocupación que tienen los padres es que sus hijos puedan acostumbrarse a usar la mascarilla correctamente y que no se la quiten en un descuido. En este aspecto los maestros van a ser de mucha ayuda porque son los que van a estar con los niños por más tiempo.
Si en el hogar los padres les explican a los niños que con esa mascarilla pueden salvar su vida, es muy posible que estos aprendan que será indispensable tenerla siempre puesta de la manera correcta.
Otro motivo de preocupación para algunos padres es que los niños quieran jugar con otros en el colegio y no conserven las distancias exigidas por las autoridades sanitarias. En estos casos es mejor seguir las recomendaciones que tendrán los maestros en las escuelas, ya que es posible que ellos hayan previsto este escenario y sepan cómo manejar esta situación.