Entre los días 9 y 10 de julio se han detectado una decena de llamadas telefónicas en las que se exigía el pago de un rescate por la liberación del familiar supuestamente secuestrado. Estas llamadas tienen en común que se dirigen a titulares de teléfonos fijos donde el comunicante manifiesta que la hija de los receptores de la llamada está secuestrada. Para su liberación exigen una cantidad de dinero, que suele ser de unos 10 euros. Los delincuentes tratan de intimidar y atemorizar a las familias generando un gran desconcierto.
Los investigadores han averiguado que alguna de las llamadas extorsivas provenían de un teléfono radicado en Chile.
Modo de actuar
Los investigadores señalan que es fundamental mantener la calma e intentar verificar la situación real de la persona supuestamente secuestrada; no hacer el pago de la cantidad exigida y ponernos de inmediato en contacto con la Ertzaintza a través del 112; denunciar esta clase de delitos.