Esta operación es toda una movida, casi en tiempo récord, porque las pesquisas comienzan en noviembre (2019), cuando los investigadores detectaron, en Madrid, a dos individuos de origen turco, con intención de abrir una vía para meter heroína en España; poco después, saben que han colado 1,5 kilos de caballo y apresan a uno de los portadores, que tenía contactos con otros 2 grupos de españoles, dedicados al cultivo, recolección y distribución de marihuana. Los nacionales, asentados en las comunidades de Madrid, donde han tenido lugar la mayor parte de las entradas (Madrid, Ambite de Tajuña, Brunete, Cubas de la Sagra, Fuenlabrada, Leganés, Moraleja de Enmedio, Pozuelo del Rey, Rivas Vaciamadrid y Serranillos del Valle); y en Castilla La Mancha (Albalate de Zorita, Carranque, El Casar de Talamanca, Galápagos, Méntrida, Los Navalmorales, Recas, Santa Olalla, Ugena y el Viso de San Juan); pues estas dos bandas tenían naves, casas de campo y pisos, donde han hallado 7.862 plantas, 110 kilos de cogollos, narcóticos: 900 pastillas de éxtasis, 500 gramos de hachís y 105 gramos de cocaína; 128.488 euros, basculas de precisión, 2 armas de fuego, 1 pistola eléctrica, 2 defensas extensibles y 2 puños americanos.
La UTE turco-hispana
La asociación empresarial libre de impuestos, surge de la propuesta de El Turco, de maximizar ganancias y minimizar esfuerzo; cuando él trae el caballo de su país o afines, y lo descarga en el lugar adecuado, avisa a los españoles de que está listo para exportar marihuana al resto de Europa, en su próximo viaje de avituallamiento de narcóticos. Poco ha trascendido de la infraestructura de El Turco, pero los agentes que llevan estas pesquisas relatan la planificación de los locales, que se han regido por el principio de orden y concierto: uno, empleados en B, se dedicaban a la siembra y al cultivo de los esquejes de marihuana, hasta que alcanzan el tamaño adecuado para su traslado a plantaciones de invernadero; otro grupo, se dedicaba al cultivo y recolección y, posteriormente, un tercer escalafón reclutaba a los cosechadores de cogollos, y la cadena termina en la manufactura, al cargo del personal de envasado y envío. Toda una S.A., con categoría de mediana empresa, que no tiene a sus trabajadores en la SS ni está al día con Hacienda. Para cerrar el chiringuito se han empleado más de 300 agentes.