Todo comenzó cuando una patrulla de la Ertzaintza sorprendió a un hombre salir por la parte trasera de un pabellón correspondiente a una asociación de cannabis. El hombre llevaba una caja que metió en un vehículo, momento en el que los agentes identificaron a la persona, comprobando que dentro de la caja había 46 plantas de marihuana. Ante la sospecha de que en el interior de estos pabellones se pudiera estar cometiendo un delito relacionado con el tráfico de drogas, los ertzainas, encargados de la investigación, se pusieron en contacto con los responsables de la asociación para realizar una entrada y registro en los pabellones.
La intervención se hizo el viernes en presencia de los dos gerentes y los agentes se incautaron de 1.600 plantas de marihuana, en distintas fases de crecimiento, que se encontraban con la infraestructura necesaria para el cultivo indoor de esta droga, así como de cajas conteniendo bolsas prensadas de cogollos, bolsas de material vegetal verde y cajas con esquejes de marihuana.
Ante esto, los agentes procedieron a imputar a los responsables de la asociación de un presunto delito contra la salud pública.