La historia de estas dos bandas, con un lustro de experiencia en la estafa y falsificación, es tan complicada y rocambolesca que sorprende a los investigadores, que se han empleado a fondo para dar con los 12 integrantes.
Un grupo de ellos, a través de anuncios en portales de Internet de alquiles de pisos, anunciaba casas inexistentes, aunque bien documentadas con fotografías y descripción, por las que se interesaban ciudadanos de bien, en la creencia de la veracidad de la oferta.
Transferencia sospechosa
Pero las víctimas estaban lejos de la realidad que les iba a acontecer. Cuando el interesado confirmaba su deseo de alquilar el piso, los estafadores le pedían que hiciera una transferencia a un familiar o amigo, para que ellos, los arrendatarios, comprobaran la solvencia del futuro inquilino.
Este procedimiento, no usado hasta ahora y ciertamente sospechoso, llevaba al posible inquilino a hacer esa transferencia, por más de 1 euros, y cuyo justificante tenía que enviar al arrendatario, para demostrarle que sí era solvente.
Robar datos
Con los datos que aparecen en el justificante, los arrendatarios hacían un documento falso, e iban al banco, se hacían pasar por esa persona y retiraban el dinero. Deben de ser unos ‘maestros’, porque este proceder no es sencillo, ni fácil engañar en una sucursal con un documento falso de identidad.
Pues con este método, han estafado unos 75 euros, a unas 55 víctimas, que se sepa, atendiendo al número de denuncias que ha recopilado la Policía Nacional en España, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Alemania y Francia.
Desde Madrid
La red, que operaba desde Madrid, estaba consolidada y cada uno de sus miembros tenía un rol por el que cobraba una comisión. Mientras unos se encargaban de insertar anuncios y captar víctimas, otros realizaban el cobro del dinero. Además, existían individuos encargados de reclutar personas que se prestaran a realizar los cobros, y otras que proporcionaran sus cuentas bancarias para ingresar el dinero de las estafas, para que el líder de la red pudiera enviar dicha cantidad a Nigeria, ya fuera con documentación falsificada o ayudado por otros, pero siempre desde cuentas abiertas por terceras personas.
Coladero de extranjeros
Paralelamente, los investigadores dan con una banda dedicada a falsificar documentos, para entrar ilegalmente en nuestro país, simular una situación administrativa legal en España o cometer fraudes, cobrando por ellos entre 300 y 500 euros, aunque algunos de sus encargos llegaban a alcanzar los 3.
Arrestos simultáneos
Los investigadores localizaron en el domicilio del arrestado, en Móstoles (Madrid), un completo laboratorio para hacer documentos. Contaba con ordenadores dotados de avanzados programas de edición, impresoras, una plastificadora, una prensa, sellos húmedos y secos, luz ultravioleta, diferentes tintas y otros materiales para sus actividades ilícitas, así como varios documentos falsos ya elaborados.
Finalmente, los agentes actuaron de manera simultánea, para detener a los 12 responsables de las dos bandas; 11 en Madrid y 1 en Barcelona. Además, han hecho 8 registros domiciliarios en los que, junto con el material del laboratorio, se intervinieron varios móviles, tarjetas SIM, equipos informáticos, documentos de contabilidad, justificantes de cobros fraudulentos, facturas falsificadas y contratos de cuentas bancarias abiertas con documentos falsos.