En cuanto la ex mujer del parricida denunció la desaparición de su hijo de 11 años, la Policía Nacional tuvo la sospecha de que el padre podría tener algo que ver con la desaparición.
El niño tenía que acudir al punto de encuentro a la hora convenida el domingo por la tarde, precisamente el Día de la Madre. Pero el niño no apareció, lo que desencadenó el temor y la angustia de la familia del menor, que se temía que algo podía ir mal. El padre del niño, al parecer, sufre un trastorno mental, esquizofrenia, según han revelado algunos de los familiares próximos a la víctima.
Por eso, el protocolo de búsqueda y localización del padre se puso en marcha muy rápido. Por un lado, un equipo buscó al presunto autor de los hechos en A Coruña, mientras otra dotación de la Policía Nacional, se dirigía a una localidad próxima a la capital de A Coruña, Oza-Cesuras, lugar en el que la familia paterna del niño asesinado tenía una casa y propiedades forestales. La localización del padre, que responde a las iniciales M.J.M.M., fue bastante rápida. Le encontraron alojado en el Hostal El Cristal en pleno Paseo Marítimo de A Coruña, muy cerca del barrio coruñés en el que se crió el parricida, de 43 años. Allí fue interrogado por la Policía, pero éste no se derrumbó y confesó el crimen hasta encontrarse en el juzgado frente a la secretaria judicial. Mientras tanto, otro equipo, compuesto por ocho policías, trataba de peinar los alrededores de Oza-Cesuras. Durante la confesión del presunto parricida, el segundo grupo de policiías recibió la noticia y las instrucciones para buscar al niño ya sin vida. El presunto autor de los hechos señaló el lugar exacto en donde había cometido el asesinato. Es un lugar próximo a la parroquia de Rodeiro, en un eucaliptal, propiedad de la familia. Según confesó, llevó supuestamente al niño a un bosque de eucaliptos de la parroquia de Rodeiro y allí fue donde le dio el golpe mortal a su propio hijo de 11 años.
Para encontrar el punto exacto, señalado por el presunto parricida, los vecinos de la zona informaron a la Policía Nacional de los lugares de acceso y los caminos que conducían al lugar de los hechos. Los vecinos confesaron que la policía les había informado de la búsqueda de un niño y que podrían encontrarle sin vida. Los vecinos siguieron con tensa consternación e incredulidad la labor de búsqueda de los agentes. Durante horas los agentes peinaron el monte, los caminos y buscaron entre los árboles, por lo que la tarea no fue sencilla.
[Sumario]
Fuentes consultadas por Columna Cero han confirmado que el niño no fue hallado hasta la una de la madrugada. El niño yacía sin vida tapado entre la maleza, en medio de unos eucaliptos, próximo a un camino que daba acceso a una finca arbolada repleta de eucaliptos. Junto al cadáver del niño, la policía halló el arma del crimen, una pala. La herramienta contenía restos de sangre, que quedaron impregnados en el canto de la pala tras haber golpeado violentamente la sien del menor, que presentaba una herida abierta a causa del fuerte golpe. En la zona, la policía también encontró restos de sangre, lo que parece indicar que el niño pudo ser golpeado en un camino y arrastrado después hasta el lugar en el que fue hallado finalmente. La autopsia resolverá si el niño murió de un solo golpe, aunque por las informaciones que han trascendido, fueron varios los golpes que impactaron en la cabeza del niño.
El presunto parricida está detenido por la Policía y hoy pasará su segunda noche en los calabozos del cuartel de Lonzas de A Coruña, a la espera de pasar a disposición judicial. Este miércoles, con casi toda seguridad, comparecerá ante el juez y posteriormente podría ser enviado a la cárcel de Teixeiro, próxima al lugar del asesinato.
Todas las actuaciones están bajo secreto de sumario. El Juzgado de Instrucción número 7 de A Coruña es la que se ha encargado de todas las diligencias e instruirá el caso. Este es además el juzgado que tuvo que hacerse cargo de la denuncia de desaparición del niño de 11 años y que fue presentada por su madre al no aparecer en el punto de encuentro, tal y como se había estipulado.
La pena por asesinato está recogido en el artículo 139 del código penal. Dicho artículo dice que “será castigado con la pena de prisión de quince a veinticinco años, como reo de asesinato, el que matare a otro concurriendo alguna de las circunstancias siguientes: 1.ª Con alevosía; 2.ª Por precio; recompensa o promesa; 3.ª Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido; 4.ª Para facilitar la comisión de otro delito o para evitar que se descubra”. Además, el artículo 140 indica que “el asesinato será castigado con pena de prisión permanente revisable cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias: que la víctima sea menor de dieciséis años de edad, o se trate de una persona especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad o discapacidad”. Por lo tanto, el presunto parricida se enfrentará a una pena de 15 a 25 años, con pena permanente revisable, según el nuevo código penal.
El ayuntamiento de A Coruña y el de Oza-Cesuras han decretado dos días de luto oficial en señal de duelo. El niño cursaba estudios en el colegio San Francisco Javier de A Coruña, en donde todavía no se creen la noticia. En dicho colegio, la madre del niño trabaja como conserje.