José Luis Abet llegó a los juzgados de Caldas de Reis sobre las 10:45h de este martes, y tras dos horas de declaración, la juez acordó la medida provisional. El detenido prestó declaración y colaboró con el juzgado en todo lo que le fue solicitado tras haber pasado la noche en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra
Varias decenas de personas esperaban su llegada a los juzgados tras un cordón policial establecido por la Guardia Civil y le recibieron a gritos de “asesino”, “desgraciado” o “hijo de puta”. Ya se había previsto esta situación por lo que se desplegaron varias patrullas de seguridad ciudadana y de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) de la comandancia de Pontevedra para evitar cualquier altercado.
Alrededor de las 09:30h comenzaron a llegar a los juzgados de Caldas algunos de los testigo de este triple crimen sucedido en torno a las 08:00h de la mañana del pasado lunes en la parroquia de Cordeiro, en Valga. Entre estos se encontraban dos mujeres residentes en una vivienda cercana al lugar del crimen, las cuales se quedaron durante la mañana del asesinato con los dos hijos de 4 y 7 años del supuesto asesino.
El crimen tuvo lugar en el recinto de la casa en la que la pareja había estado conviviendo hasta hace casi dos años cuando se divorciaron. Aunque la relación estaba siendo algo tormentosa durante los últimos meses no se había presentado ninguna denuncia ni existía orden de protección para la víctima, quien si habría trasladado la situación a sus familiares y amigos más cercanos.
José Luis, autor confeso, solía presentarse en la casa de forma imprevista y cuando lo hizo este lunes, Sandra Boquete, la víctima, llamó a su familia para que la ayudasen y aparecieron su hermana y su madre, Alba Boquete y María Elena Jamardo. Al llegar, ya había matado a Sandra y les disparo también a ellas acabando con sus vidas.
Disparó con un revolver para el que no tenía licencia. A su ex mujer la disparo a través de la ventanilla del coche con sus hijos sentados en el asiento trasero y más tarde, le toco a su ex cuñada y a su ex suegra, a todas a tiros.
Tras acabar con sus vidas, huyó, haciendo una parada en el río para esconder el arma homicida y se fue a casa de su madre en la localidad de Ames a refugiarse. Desde allí llamó a la Guardia Civil y confesó el crimen y no opuso ninguna resistencia durante su detención.
Los menores se encuentran al cuidado de un tío abuelo y los cuerpos de las tres mujeres están en las instalaciones del Imelga, donde se les esta practicando la autopsia. Al finalizar los trabajos forense, se instalará una capilla ardiente en el auditorio de Valga para velas por las tres mujeres.