Nicasio Marín, médico internista del SAS, asegura que han aportado pruebas y evidencias de una violencia intensa y extensa
Marín, quien antes de comparecer ante los medios ha sido requerido por uno de los abogados de la acusación particular, ha asegurado que el mecanismo de muerte que describen en su informe los dos forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Almería "es, probablemente, una banalización" de cómo falleció el menor que no es "ni razonable ni lógica".
"La simplificación del mecanismo de tapar nariz y boca es probablemente una banalización", ha afirmado para añadir que, a su juicio, este extremo "sí produce una victimización adicional". "Esto sí causa una victimización a la pobre madre", ha trasladado en alusión a Patricia Ramírez, de cuya parte ha presentado el informe.
Marín ha indicado que los datos aportados a las siete mujeres y los dos hombres que deben dirimir la culpabilidad o no culpabilidad de Quezada del delito de asesinato con alevosía y ensañamiento –como pide la acusación particular– son el "corazón del asunto" y ha indicado que lo que sucedió aquella tarde en la finca de Rodalquilar son "hechos terribles y de una crueldad antes vista".
El informe aportado recoge que el pequeño Gabriel fue golpeado violenta y reiteradamente en la cabeza y que, como consecuencia de esos golpes, le quedó un estado confusional primero, estuporoso después, hasta llegar al coma, del que podría haber sido reanimado.
"Falleció entre 45 y 90 minutos más tarde, culminando la muerte con una asfixia por sofocación tras colapso de cavidades respiratorias –boca y nariz– sobre un pulmón con una doble lesión inflamatoria".
"La presencia del edema cerebral, así como el distres pulmonar descrito indica que, desde que se inician los gritos, las amenazas, recibe los golpes, el zarandeo, hasta que se obstruyen la boca y la nariz, y finalmente fallece".
El citado informe aportado a la causa por los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML), indica que la causa de la muerte fue una "asfixia mecánica por sofocación manual", concretamente según precisa, "una oclusión extrínseca de los orificios respiratorios" y señala que el mecanismo responsable del fallecimiento es "casi exclusivamente la anoxia anóxica".
"La oclusión directa de los orificios respiratorios, debido a la aplicación de una fuerza desproporcionada entre el agresor y la víctima, ha dejado lesiones típicas de este mecanismo de muerte (…) debido a la presión ejercida".
El informe que han desgranado los forenses recoge "varios traumatismos sobre la zona craneal" que indican "golpes repetidos sobre una superficie plana como pared o suelo", pudiendo deberse, según subraya, "al propio mecanismo de sofocación en el que cual se aplica una fuerza importante sobre la zona buco-nasal, estando la cabeza apoyada contra dicha superficie plana".