Los médicos han recogido pruebas de esos restos de medicamentos para enviarlas al Instituto Toxicológico de Madrid. Allí podrán conocerse con exactitud por un lado la dosis que tomó y por el otro el efecto que dicha dosis pudo tener en el organismo de la deportista madrileña.
Además, se ha enviado el corazón de la medallista olímpica al laboratorio de Anatomía Patológica, donde su análisis podrá determinar primero, si Blanca Fernández Ochoa sufrió un infarto y, segundo, si ese infarto fue como consecuencia del consumo de esas pastillas halladas en su cuerpo o por otras causas.
Los investigadores, por el momento, se decantan por la hipótesis de que Blanca hubiese sufrido una sobredosis de pastillas, pero habrá que esperar varios días, o incluso semanas, para poder confirmar ese extremo. Concretamente, hasta que sean efectuados los análisis pertinentes.
La familia de la deportista ya había avisado de que ésta habría salido de casa con toda su medicación. Aunque, en ese momento, ninguno de ellos pudo recordar de qué medicinas se trataban y tuvieron que localizar a su médico para asegurarse de los medicamentos que tenia recetados. Uno de ellos, el sinogan, el cual puede ser letal si se toma en grandes cantidades.
Lo que si se ha descartado en la primera fase de la autopsia es que el cuerpo de Blanca Fernández Ochoa tenga golpes, contusiones o hematomas. En el análisis externo no se encontraron signos de violencia. Además, el cadáver fue examinado en el aparato de rayos X que tiene el Instituto Anatómico Forense de Madrid, donde se realizó la autopsia.
Ese examen radiológico que se aplica habitualmente en todas las autopsias reveló que Blanca Fernández Ochoa no presentaba ninguna herida de arma blanca, ningún golpe en la cabeza o las extremidades ni tenía fracturas, lo que viene a confirmar que la mujer, de 56 años, no sufrió ningún tipo de caída. Asienta de este modo los indicios que llevaron el miércoles a los agentes a pensar que su muerte no pudo ser accidental, o al menos por precipitación. Por otro lado, los forenses que analizaron el cuerpo calculan que la mujer podría llevar entre siete y nueve días muerta.
Hay que recordar que el cuerpo fue hallado este miércoles en La Peñota, a unos 20 metros de un camino muy frecuentado, en posición que no sugiere en absoluto que se tratara de un accidente, según los investigadores.
Se encontraba ya muy descompuesto en el momento de su localización por parte del sargento de la Guardia Civil Francisco Borreguero, que estaba fuera de servicio dando una vuelta por la montaña con su perra, Xena, un pastor alemán de tres años. Junto al cadáver se halló toda la medicación que tenía recetada y que, como habían contado sus hermanos, se había llevado de casa. Entre los medicamentos encontrados había estuches de pastillas abiertos y vacíos, aunque no todos los que portaba consigo la esquiadora. Otros todavía estaban sin abrir. También cerca del cuerpo, durante la inspección ocular, se encontró una botella de vino vacía, aunque se ignora si pertenecía a la fallecida, porque no se encontraba entre los productos que compró en el supermercado el día 24 de agosto en Pozuelo de Alarcón. Esas imágenes de ella comprando son las últimas antes de que se perdiera su rastro. Luego, el sábado por la noche, se hizo pública la desaparición y se encontró su coche, el domingo, estacionado en un aparcamiento de Cercedilla donde muchos excursionistas dejan sus vehículos.
Hay que recordar que el coche también fue inspeccionado y no se encontró ningún signo de violencia o forcejeo que hiciera presuponer algo contrario a la «desaparición voluntaria», la hipótesis que la Policía Nacional manejó desde el primer momento. Si se autoriza por parte del instructor judicial, y los agentes de la Policía Científica y Policía Judicial consideran que no son necesarias otras pruebas adicionales, la incineración podría llevarse a cabo este mismo viernes en Pozuelo de Alarcón. Al menos eso es lo que la familia solicitó en el Instituto Anatómico Forense, donde se suelen realizar los trámites y donde acudieron varios familiares de Blanca a media mañana. También solicitaron que el velatorio se realizara en Cercedilla, el pueblo de la sierra donde se crio la deportista. Aunque lo esperado es que la incineración se realice el fin de semana.
A primera hora de la mañana se ordenaron los análisis de ADN que debían terminar de confirmar la identidad del cadáver, pero no hizo falta. El motivo es que una de sus hermanas la había reconocido, otro de los trámites habituales que se realizan en este tipo de casos.