Este individuo, afincado en una localidad de Toledo ha manejado miles de vídeos pedófilos que además de almacenar, hacía circular por la red, a modo de exportación internacional. El encarcelado navegaba como pez en el agua, intercambiando cintas repugnantes de tratos sexuales a niños de entre 2 y 6 años.
Los agentes del ciberespacio, de EEUU, le detectaron en su ir y venir, un trasiego mundial que le pone, por un tiempo entre rejas.
Los colegas alertaron a la Policía Nacional de que los videos se emitían desde una dirección española y éstos se pusieron a investigar de inmediato, hasta dar, en una localidad toledana, con el autor de tamaña sinvergonzonería.
Ahí estaba él, desde su casa, con ceca de 1 vídeos.