Sobre la una de la madrugada, un particular, que circulaba por la autopista AP-8 o Supersur, a la altura de la salida de Balmaseda, daba cuenta al 112 de que un coche circulaba en sentido contrario por dicha carretera, de manera que se dirigía en sentido hacia Cantabria por la plataforma en sentido hacia Donostia.
A partir de ese momento eran más las llamadas de particulares que se habían visto sorprendidos por encontrarse de frente a semejante coche, primero por la Supersur e instantes después ya por la autopista A-8, que el conductor a contracorriente había tomado a la altura de Portugalete. Según el relato de estos conductores, el coche en cuestión circulaba a gran velocidad y con las luces largas. Varios de ellos se habían visto obligados a esquivarlo para evitar una colisión.
Una patrulla de la Ertzaintza localizaba el coche a la altura de Muskiz, de manera que los agentes se colocaban a la par del turismo, circulando por la plataforma en sentido a Cantabria, y le realizaban señales luminosas al tiempo que pos la megafonía le pedían que depusiera su actitud. Ante estos avisos, el conductor del vehículo hacía caso omiso, continuando su camino a toda velocidad, e incluso llegando en un momento dado a apagar las luces de su coche.
Poco antes de llegar a la frontera con Cantabria, el vehículo se paraba repentinamente, dado que de frente venían varios vehículos en sentido hacia Bilbao, lo que hacía muy probable la colisión. Ante este hecho, los ertzainas aprovechaban la situación, detenían su coche a la misma altura, saltaban la "new jersey" que separa ambos sentidos y sacaban e inmovilizaban al conductor, con ayuda de otra dotación policial que acababa de llegar al lugar. Una vez con la situación controlada, sacaban el vehículo de la autopista y procedían a la detención del sospechoso bajo la acusación de un delito contra la Seguridad Vial por conducción temeraria.
En las posteriores pruebas de alcohol y drogas, el conductor arrojaba un resultado positivo en ambas.