Parece que la emisión del documental de Netflix sobre el crimen de Alcasser no está dejando indiferente a nadie. Su inusitado éxito ha despertado el interés del público quien no duda en hacer de investigadores privados para ver si son capaces de resolver el caso.
Eso ha llevado a estos supuestos fans del caso, defensores de la teoría de la conspiración o las múltiples versiones no oficiales, a presentarse al pueblo de Alcasser donde ya han levantado polvareda el ímpetu con el que se aborda a los ciudadanos con un ansia desesperada de respuestas.
El recuento de daños
El propio documental trajo a la actualidad el que, quizás, sea el crimen más famoso de la historia moderna española y puso el punto de mira en la localidad valenciana.
Los más afectados por esta sorprendente repercusión fueron las familias de Miriam, Toñi y Desireé, las niñas asesinadas. El propio ayuntamiento reconoció que se puso en contacto con las familias para ofrecerles la ayuda del psicólogo.
En 2013, Miguel Ricart salía de prisión antes de tiempo por la derogación de la Doctrina Parot; sin embargo, aquella vez por un conflicto de intereses entre televisiones y políticos, el tema se silenció muy convenientemente. No es el caso ahora.
¿Turismo de investigación o morbo puro y duro?
El verano de 2019 está siendo muy duro para la localidad de Alcasser. A pesar de que han visto incrementado su turismo, los que deciden pasar sus vacaciones allí acuden a los sitios más significativos del pueblo para ver si consiguen arrojar más luz al caso.
No hay rutas predefinidas, pero este tipo de turistas tienen como recorridos habituales, las casas de las niñas, la iglesia, la antigua casa de su amiga Esther, el Bar Músical donde se emitió el polémico programa de Nieves Herrero, las cafeterías 42 Graus y Poble Nou, la gasolinera Ballenoil, el antiguo Matadero, el Trinquet municipal, el parque de L'Alter, el cementerio y el ayuntamiento.
Pero la busqueda no cesa allí. Las localidades y zonas relacionadas con el caso también forman parte de esta curiosa ruta turística: el Instituto La Florida donde acudía Miriam, la fosa de La Romana donde encontraron los cadáveres (donde hace unos meses ya encontraron piezas dentales), las residencias de la familia Anglés (hoy Martins Monroig), el negocio de colchones de Fernando García, la urbanización Tancat de L'Alter, la Torre Musulmana de Silla, la calle Camí Real en Catarroja, además de los pueblos de Beniparrell, Catadau, Picassent, Catarroja, Albal, Silla y Benetússer.
Quejas por acoso
Pero aunque el turismo es algo que debería ser bienvenido por cada localidad, en Alcasser se ha convertido un constante acoso a los ciudadanos por parte de estas nuevas personas que se dedican a preguntarles por algo, que además de doloroso, ocurrió hace 25 años.
Aunque la tónica general en el pueblo es el silencio, la insistencia de estas personas ha llevado a que se produzcan altercados entre los vecinos del pueblo y los turistas donde se ha llegado a acusar a los oriundos de Alcasser de tapar supuestas conspiraciones de estado.
La cosa se prevé peor en los próximos días con las fiestas anuales de la localidad que van desde el 12 de agosto hasta el 1 de septiembre. Una de las cosas que más se teme es que todo aquel relacionado con las niñas (amigos y familia, testigos del juicio) y que acuda de nuevo al pueblo por residir fuera a ver a la familia sea abordado y termine en una situación peor.
De hecho, ya ha habido dos personas que han denunciado acoso por redes sociales desde la emisión del documental. Ambos, amigos de las niñas. Uno acudió como téstigo al juicio y el otro participó con Nieves Herrero. Los dos, honrados trabajadores sin ninguna mancha en su vida personal y profesional, se han visto relacionados con otros nombres famosos del caso y las, a veces exageradas, versiones no oficiales.
