Los grafittis son mensajes que suelen dejar ciertos grupos de personas en paredes de cualquier lugar. Antes se confinaban en algunas zonas específicas, pero hoy parece que se ha perdido el interés por respetar las normas y la convivencia ciudadana y en casi cualquier lugar podemos encontrar uno de ellos.
La parte más terrible del caso se suscita cuando es la propia fachada de tu casa la que es víctima de esta práctica, haciendo que se vea muy fea y causando mucho malestar. Y aún cuando las quejas en los ayuntamientos no faltan, existen herramientas que hoy permiten decirle adiós a los graffitis en las fachadas de forma personal.
La fórmula se basa en el uso de productos que actúan como aislantes y evitan que las pinturas utilizadas para crear los diseños se adhieran a la parte interna de las paredes. Con la aplicación de estos productos especiales, aún cuando te hagan un diseño, podrás eliminarlo con el uso de agua con presión, por ejemplo.
Así funciona la pintura que se usa en los grafittis
Los grafittis se trabajan a través de pinturas con características muy específicas que permiten fijarse a las paredes con facilidad y no desprenderse por efectos del sol o de la lluvia. Esto lo consiguen a través de su profundización en los poros de la pared, lo que da como resultado que sean muy difíciles de remover.
Las pinturas para grafittis están disponibles en el mercado en varias presentaciones. Algunas en aerosol (que resultan las más comunes que se utilizan en las calles), otras se presentan como rotuladores, o incluso, en versión de pinturas plásticas.
Los antigrafittis
Como ya mencionábamos más arriba, la creación de los productos antigraffitti han venido a forjarse como una solución bastante alentadora ante esta situación que, en muchos casos, ha sido denominada como una acción vandálica.
Lo que hace este producto, básicamente, es actuar como un manto protector sobre la pared, evitando que la pintura pueda penetrar en ella aprovechándose de las zonas más porosas. Así, el área marcada por la pintura, tendrá un efecto muy superficial que se podrá remover con facilidad.
El hecho es que su aplicación es un acto preventivo y no correctivo, por lo que debe programarse el momento de utilizar el producto, ya que la superficie debe estar limpia. El instrumento más habitual para proceder en este sentido es con el rodillo que logra alcanzar toda la altura de la pared y colocar buena cantidad de producto en cada zona.
Sin embargo, en el mercado hay opciones para todos los gustos y hoy en día existen algunas alternativas que podrían resultar de utilidad como:
– Los limpiadores para pinturas en spray que son útiles para distintos tipos de superficies.
– Los líquidos para remover grafittis que pueden ayudar a eliminar estos molestos dibujos de las superficies más delicadas.
– Los líquidos antigraffitis que son utilizados para fachadas hechas con materiales más comunes, como el hormigón o la piedra.
– Los productos para trabajar sobre edificios con validez histórica en los que hay que cuidar con mucho esmero la fachada.
– Los productos para ser utilizados en medios de transporte como los trenes y autobuses que, en ocasiones, también son lienzos para los grafiteros.
La realidad que esconde la eliminación de un graffiti
Dentro de los servicios que puedes encontrar en la sociedad, están aquellos especializados en quitar grafittis de cualquier índole de las paredes y otro tipo de superficies. Sin embargo, la mayoría coincide en que se trata de un trabajo arduo y que posiblemente no genere los resultados más esperados.
Lo primero a considerar en el momento de remover un graffiti es el tiempo en que ha sido hecho. Si éste es del mismo día y todavía no se encuentra seco, el trabajo sobre él es mucho más sencillo, pero si se trata de uno muy viejo que ha tenido tiempo de sobras para adherirse fielmente a las paredes, el asunto se vuelve un poco más complejo.
Incluso, muchas empresas dedicadas al ramo coinciden en que la última de las situaciones presentadas en el párrafo anterior puede llevar a que el trabajo se ejecute con un alto coste de inversión, si lo que se desea es una completa restauración de la fachada. Esto, sin lugar a dudas, promueve la necesidad de valorar bien si realmente vale la pena hacer el trabajo o no.
Pero, tampoco todo está perdido. Muchas organizaciones de vecinos se han dado a la tarea de tomar la acción que corresponde a cada caso en sus propias manos, buscando de esta forma hacer que su barrio se muestre a los ojos de quien lo mire de forma ordenada y bonita, con sus paredones bien pintados y sus jardines podados.
Para ello, sólo hace falta asesorarse bien en los tipos de productos que le harán falta para hacerle frente a la realidad que se vive en su comunidad, pues con los limpiadores correctos y la posterior aplicación del producto antigraffiti, los resultados que se obtendrán serán perdurables en el tiempo, pues se asegura que este producto es capaz de proteger una fachada hasta por 5 años.
El asunto no está, importante aclarar, en que los grafiteros dejen su práctica, sino en el hecho de que si deciden hacer un graffiti en una pared protegida por este producto, el dibujo podrá eliminarse rápidamente con cualquiera de los otros líquidos de limpieza.
Los miembros de la sociedad necesitan comprender la importancia de mantener relaciones sanas de convivencia y esto sólo será posible en la medida en que cada uno se comprometa a ello. De ahí que buscar promover educación ciudadana a los jóvenes (que son los principales grafiteros) es algo imprescindible.