Verónica no veía salida. La mujer de unos 30 años que se suicidó el pasado sábado tras difundirse un vídeo sexual suyo aguantó burlas, insultos y comentarios inapropiados en su lugar de trabajo. Y hoy mismo, uno de los principales sospechosos, su ex pareja, ha sido detenido por la Guardia Civil.
Él mismo se había entregado en el cuartel de la Guardia Civil de Mejorada del Campo. Y ya era visto como uno de los principales sospechosos del caso Iveco. La plantilla de la empresa, de 2.500 trabajadores, habría recibido casi en su totalidad este documento audisual que fue grabado hace al menos cinco años.
EL JUEZ PODRÍA VALORAR LAS BURLAS A VERÓNICA COMO DELITO
La expareja de Verónica se entregó sobre las 16.00 horas en el puesto de la Guardia Civil y los agentes contactaron con la Policía Nacional de Coslada, quienes continúan sus investigaciones. Esta tarde el hombre está declarando en principio en calidad de testigo en la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
[Sumario]
Según la investigación policial del caso de Verónica, madre de un niño de nueve meses y otro de cuatro años, versa sobre los hechos que precedieron al suicidio. En el atestado, el juez de Alcalá de Henares (Madrid), localidad donde se produjo el fallecimiento, ha abierto diligencias por un posible delito de descubrimiento y revelación de secretos al difundir los vídeos de contenido íntimo.
Y es que se trataría como un delito contra la intimidad y la propia imagen, la de Verónica frente a sus compañeros, amigos y familiares. Es por eso que la policía busca en la empresa información sobre quienes difundieron esos vídeos. Por el momento, sus investigaciones están centradas en un grupo de WhatsApp de veinte trabajadores y ex trabajadores como posible foco de la difusión de los vídeos de contenido sexual.