La Policía Nacional ha desarticulado una red dedicada a introducir en España inmigrantes de origen asiático mediante embarcaciones, que estaba formada por ciudadanos de Bangladesh, y que han facilitado la llegada a nuestro país de, al menos, 350 asiáticos de Bangladesh, Sri Lanka, Pakistán e India. La investigación ha culminado con la detención de 11 personas en Barcelona, donde estaban asentados los principales traficantes. Los agentes han intervenido 18 euros, sellos de organismos oficiales de su país, documentación falsa, 32 pasaportes y más de 200 certificados.
La investigación comienza con la llegada a las costas de Cádiz de varias embarcaciones con inmigrantes asiáticos. Tras las primeras averiguaciones, los agentes constataron que se trataba de varias mafias internacionales e interconectadas, que coordinaban el traslado de los inmigrantes a territorio español. Unos, se encargaban de la captación en origen; otros, gestionaban los traslados y el alojamiento en los países de tránsito; y otros materializaban la travesía marítima: relaciones con las autoridades locales, hora, lugar y fecha de salida. La cuarta rama mafiosa y principal, afincada en Barcelona, coordinaba desde el inicio hasta el final, a través de 3 continentes.
En conjunto lo formaban ciudadanos de diversos países asiáticos, que contaban con una infraestructura de captación y traslado de inmigrantes, a los que alojaban en ciudades de tránsito: Argelia (Argel, Orán, Maghnia…) y Marruecos (Rabat, Casablanca, Tetuán, Oujda…). Conseguían visados ilegales para Argelia, en su representación consular en India. Tras volar Argelia, eran alojados en ciudades fronterizas con Marruecos, hasta ser guiados a pie por la noche y con la connivencia de las autoridades de control fronterizo de ambos países, para cruzar hacia Marruecos. Una vez en las costas marroquís, los inmigrantes eran dirigidos y alojados en inmuebles propiedad de la red en Oujda, Rabat o Casablanca.
A continuación, eran trasladados a Tánger o Nador, donde quedaban en manos de la organización marroquí, alojados durante meses en viviendas hasta su traslado por mar hasta las costas españolas, en zodiac. Desde Barcelona, donde se encontraban los principales traficantes en España, se daban las órdenes para coordinar las distintas fases. También se encargaban de todos los trayectos y alojamientos, desde los países asiáticos hasta Argelia en avión, el paso de frontera a pie hasta Marruecos y a través del Estrecho de Gibraltar o Mar de Alborán, hasta las costas españolas.
La estructura de la mafia asentada en España se encargaba de receptar a los traficados y les daba los documentos de viaje e identidad, y los certificados para facilitar su regularización administrativa. La red contaba con un falsificador en Barcelona, que tenía sellos de organismos oficiales de Bangladesh, con los que falsificaba los documentos de antecedentes penales y renovaba pasaportes.