Un matrimonio y dos hombres más han sido arrestados en Valencia y Zaragoza, por agentes de la Policía Nacional, como sospechosos de cometer 19 robos en viviendas de Valencia, Pamplona y Zaragoza. Los objetos los guardaban en un trastero valenciano, con intención de alquilar otro en Zaragoza. Las joyas las tasaban, con un perito de confianza en Madrid, antes de venderlas.
La investigación comenzó con un robo cometido en Pamplona, en febrero de 2016, en el que sus autores sustrajeron dinero en efectivo y joyas valoradas en unos 30 euros. Al parecer se trataba de un grupo itinerante, especializado en el robo en domicilios que cometía los asaltos por todo el territorio nacional.
El líder de la organización fue identificado como un ciudadano búlgaro residente en Valencia, ciudad en la que operaba en compañía de otro miembro del grupo que también ha sido detenido.
Los investigadores también pudieron comprobar cómo la organización llevaba años actuando en otras localidades como Pamplona o Zaragoza, siendo detenido uno de sus miembros en esta última ciudad, donde también residía y cuya labor consistía en localizar las viviendas que luego eran robadas.
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Lo hacía en compañía del cabecilla del grupo, que se desplazaba a Zaragoza desde Valencia -a primera hora de la mañana y generalmente en días alternos-, para recorrer a pie la ciudad entrar en diversos portales y tomar medidas de seguridad. Por los servicios prestados en los robos cometidos en esta ciudad, recibía del principal investigado 1 euros semanales, en pago por su colaboración.
La joyas, a Madrid
En su papel de líder del grupo, el principal investigado era el encargado de dar salida a las joyas sustraídas, para lo que se desplazaba a Madrid, donde contactaba con un perista de su confianza. Por otro lado, también contaba con la colaboración de su esposa, quien no sólo era plenamente consciente de la actividad delictiva de su marido sino que además le facilitó la cobertura necesaria.
Finalmente, el líder del grupo fue detenido en Valencia cuando se dirigía hacia Madrid para vender parte de las joyas que almacenaba. Poco después fueron arrestados tanto su esposa como sus dos cómplices en Valencia y Zaragoza respectivamente.
Gorro y careta
Disponían de dos trasteros en Valencia –estratégicamente alejados del domicilio del cabecilla-, donde ocultaban los objetos sustraídos y las herramientas que utilizaban para forzar las viviendas. Además, tenían previsto hacerse con otro trastero para almacenar los efectos relacionados con su actividad delictiva, esta vez en Zaragoza.
En los registros los agentes se incautaron de una careta, una gorra y otras prendas para ocultar sus rostro en los asaltos; así como múltiples efectos relacionados con el robo, como ganzúas para distintos modelos de cerraduras, extractores y rompedores de bombillos, telescopios de mirillas, inhibidores de frecuencia, balizas GPS e incluso bombonas de oxígeno o acetileno utilizadas para alimentar las lanzas térmicas con las que violentaban cajas fuertes. También se halló el arma del robo en el domicilio de un militar, joyas y útiles relacionados con el tráfico de drogas.