Los policías nacionales del Aeropuerto de Madrid Barajas-Adolfo Suárez, sospechaban desde hace tiempo que algo pasaba con las entradas de dominicanos. Llegaban de la República Dominicana con documentos auténticos expedidos por España, pero no eran sus legítimos titulares, por lo que les denegaban la entrada y les mandaban de regreso a su país. En algunos casos, al ser descubiertos solicitaban protección internacional, alegando diferentes motivos.
En las investigaciones constataron que había una organización, formada por españoles asentados en la República Dominicana y en España, dedicados a captar a dominicanos con nacionalidad española, para comprarles sus pasaportes a 1 y 1.500 euros. Los enviaban a la República Dominicana, por medio de personas de confianza o por empresas de paquetería.
Los dueños legítimos de los pasaportes denunciaban su pérdida de dos maneras diferentes. Una, antes de hacer el viaje, para que no se relacionase la compraventa del pasaporte y el viaje de "el cliente" y otras veces, denunciaban cuando ya se había hecho el viaje, y alegaban que la pérdida del pasaporte había sido en fecha anterior al viaje, de manera que no pareciera una denuncia falsa. También falsificaban la página biográfica con la fotografía de la persona que iba a simular ser el dueño del pasaporte.
Finalmente se logró identificar a los principales responsables de la organización y se procedió al arresto de 2 personas en Madrid, 2 en Barcelona y 1 en Santiago de Compostela. En los registros realizados se ha logrado desmantelar en Barcelona un completo laboratorio de falsificación de documentos.