La preocupación crece en Suecia y Holanda, ante la proliferación constatada de bandas de jóvenes que actúan de sicarios para narcotraficantes que saldan deudas y contraatacan contra los robos de sus alijos. Les llaman de todas partes, especialmente del sur español.
Este grupo, principalmente procedente de Malmö (Suecia) y de Dinamarca, y cuyas primeras capturas de la Policía comienzan con la operación Rueda, llevaban meses en la Costa del Sol, para cubrir una demanda en ascenso de dar muerte a los narcos rivales, a razón de 4 euros por cabeza.
Vivían a ritmo de vida de rico, en distintas urbanizaciones malagueñas, a las que van y vienen desde su país. Ahora, Policía y Guardia Civil han arrestado a otros 3; 2 de ellos en Malmö y uno en Marbella (Málaga), en cuyos domicilios han encontrado chalecos antibala y antiexplosivos.
Pero la historia de esta banda de sicarios se remonta al sábado, 12 de mayo, cuando matan a tiros a David Ávila, de 36 años y conocido como El Maradona de la droga, a la salida de la parroquia Virgen del Rocío de San Pedro de Alcántara, sobre las 13:50h, cuando salía de celebrar la primera Comunión de su hijo e iba hacia su coche, acompañado de su mujer y su segundo hijo. Allí, un individuo, en una moto, le disparó en repetidas ocasiones y se dio a la fuga. Narcos colombianos le reclamaban un robo o deuda de 400 kilos de cocaína.
El 20 de agosto, cae muerto a balazos a la puerta de su chalé, un ceutí apodado El Zocato. El 11 de septiembre, se desactiva un explosivo casero en la zona de Altos de Los Monteros. El 10 de octubre, sobre las 00:30h, explotan 2 bombas de butano en una vivienda de la urbanización Mirador de Alquería, en Benahavís y en una nave industrial del polígono de San Pedro de Alcántara. En la vivienda estaba el narco, objeto de ajuste, con su familia; todos resultaron ilesos a pesar de los destrozos.
Peor fue la explosión en la nave, cuya magnitud destrozó la cimentación, y alcanzó a otros 5 inmuebles industriales y varios coches aparcados en la zona. Las instalaciones objeto de la venganza, están a 20 metros del un gimnasio quemado a El Maradora, a quien también le habían prendido fuego a su club Heaven (Estepona).
Minutos más tarde, en las primeras horas del 10 de octubre y a varios kilómetros de distancia, localizan un BMW ardiendo en la zona marbellí de Nagüeles; tras su extinción, se comprobó que se trataba de un turismo con matrícula falsa, robado hacía varios años en Bélgica, en el que habían huido los autores de la colocación y detonación de las bombonas de butano.
A finales de noviembre, se practican las primeras detenciones, en la denominada operación Rueda, donde caen 9 de los sospechosos, 5 en Málaga y 4 en Malmö, de ellos, 7 son hombres y 2 mujeres, de entre 24 y 64 años.
En el transcurso de todas estas investigaciones, que llevan a una colaboración coordinada entre Policía Nacional y Guardia Civil, concluyen que se trata de una importante organización de sicarios, dedicada a asesinar por encargo, que estaría asentada en Suecia con ramificaciones en varios países europeos, incluido España. Las evidencias señalan que, tras colocar la primera bomba en la vivienda y la segunda en la nave industrial, los autores prendieron fuego al vehículo que emplearon para borrar cualquier huella.
Los agentes emprenden una fluida y continua comunicación con la Policía sueca, hasta concluir que esta organización está detrás de varios episodios violentos cometidos en Suecia, con materiales explosivos, similares a los producidos en la provincia de Málaga. En ese momento identifican a varios suecos, miembros de la banda, de entre los 20 y 30 años. Dos de ellos están en Malmö (donde hay localizadas 11 organizaciones de este tipo), por lo que los agentes suecos, de Policía Nacional y Guardia Civil actúan en el país escandinavo, donde esta red tiene fijado su centro de operaciones. Paralelamente se arresta a un tercer individuo en Marbella.