La investigación comenzó con el seguimiento de las armas empleadas, por un terrorista en el atentado contra el museo judío de Bruselas, el 24 mayo de 2014, en el que resultaron muertas cuatro personas por los disparos de un ciudadano de nacionalidad francesa y de origen argelino.
En enero, de 2017, la Policía Nacional ha inventariado el arsenal de armas de guerra intervenido en Bizkaia, Girona y Cantabria, en el marco de la operación ‘Portu’, desarrollada en estrecha colaboración con Europol. En el operativo se intervinieron cerca de 9 fusiles tipo CETME, 1 fusiles de otras marcas, ametralladoras antiaéreas, 400 obuses y granadas -que fueron retiradas por agentes del TEDAX-NRBQ-, pistolas, revólveres y piezas para ‘reactivar’ las armas, además de material para falsificar la documentación relativa a las mismas y herramientas para alterar sus números de identificación.
En nuestro país, los agentes han arrestado a cinco personas y se han incautaron de centenares de armas de guerra listas para su venta a grupos terroristas y delincuencia organizada. Los investigadores hallaron, en Getxo (Bizkaia), un sofisticado taller para la manipulación y reactivación de este armamento. La red adquiría el armamento por los canales legales y lo reactivaba con las piezas necesarias.
Seis registros
En los seis registros desarrollados en las provincias de Bizkaia, Girona y Cantabria se intervino una enorme cantidad de armas y de piezas que ha requerido de varias semanas para su inventariado. Los agentes también se incautaron de abundante maquinaria y herramientas, así como de cañones, cerrojos, piezas de retenida, cargadores… El depósito de armas contaba con alrededor de 400 obuses y granadas que tuvieron que ser retiradas por especialistas pertenecientes al TEDAX-NRBQ. Del mismo modo se hallaron instrumentos para modificar los números de serie de las armas y material para falsificar la documentación de las mismas.
Las características de las armas intervenidas, tanto por su calibre como por su capacidad de hacer fuego automático, unido al hecho de que eran distribuidas con unos sistemas de inutilización que las hacía fácilmente ‘reactivables’, hacían que tuvieran una fácil salida al mercado negro.