Iban tras él desde hace tiempo y en la mañana del domingo, 9, los agentes que vigilaban el lugar le vieron llegar en un todoterreno, bajarse y entrar en la vivienda. Sus precauciones le delataron y los policías fueron hasta el portón de entrada y le conminaron a que abriera y les dejara pasar.
Lejos de obedecer tal orden, este detenido, de 35 años y con amplio currículo delictivo, agarró un rifle e hizo un primer disparo al muro donde se parapetaba uno de los investigadores. El grito de “alto, policía” supuso el inicio de un tiroteo y la llegada de refuerzos. Los agentes rodearon el inmueble y se pertrecharon, a la vez que golpeaban la portona pidiendo que depusiera el arma y se entregara. Nada de eso, el morador abrió fuego en otras 2 ocasiones contra la puerta. Las balas, pasaron a escasos centímetros de los policías nacionales e impactaron contra los coches que estaban aparcados cerca.
Finalmente, lograron que tirara el rifle, abriera el portón y se tirara al suelo en acto de rendición. Una vez esposado, realizaron un registro de la vivienda y, efectivamente, las sospechas se confirman al hallar, dentro del armario del dormitorio principal, un zulo escavado en el suelo, donde guardaba 12 fardos de hachís, con 408 kilos, que tenía en custodia. En la casa había más armas, que han sido requisadas junto con una furgona, posiblemente destinada a trasportar los alijos desde la playa.