Ocurrió la tarde del 17 de agosto, cuando unos individuos de nacionalidad sueca, convencieron a 2 compatriotas de que les acompañaran a un chalé de una urbanización de Mijas (Málaga), para tomar algo y seguir conversando de posibles negocios, entre los recién conocidos en la localidad malagueña y los ya asentados en ella.
Dentro del inmueble, lejos de seguir con la pronta camaradería alcanzada, los anfitriones, amenazaron con armas a los invitados, a los que maniataron y torturaron, para arrancarles información sobre el paradero de un alijo de droga y el dinero que tenían. Resulta que uno de los reducidos a la fuerza, era un capo de una relevante mafia de narcotraficantes, todos de origen sueco, asentados en Málaga y otras provincias españolas, con distribución de drogas en otros países de Europa.
Mientras les arrancaban información, atados de pies y manos con cinta adhesiva y les torturaban con navajas, una de las víctimas logró escapar del chalé, lo que, según informa la Guardia Civil, hizo que los captores mataran a tiros al jefe de la organización. A continuación, los dos individuos huyeron de la casa en el coche con el que habían llegado hasta el lugar; vehículo con el que llegaron a Fuengirola, donde abandonaron el automóvil después de quemarlo.
En el lugar de los hechos, los agentes iniciaron la investigación con la identificación del cadáver y la constatación, por parte de sus homólogos suecos, de que se trataba de un poderoso narco de su país, lo que llevó a la conclusión de que su muerte se debía a un ajuste de cuentas entre bandas rivales o especializadas en vuelcos.
En esa línea, conocieron que los sicarios habían llegado un día antes, el 16 de agosto, desde Suecia; además se halló el coche quemado y pistas de un posible robo de otro vehículo, por lo que comenzaron la persecución de los presuntos asesinos. En paralelo y en el hospital, el que se había zafado de sus agresores, se recuperaba de las graves lesiones que presentaba.
En las primeras 48 horas, los guardias civiles apresan, en San Roque (Cádiz), a los matones, cuando se dirigían al puerto de Algeciras, con la intención de embarcar en un ferry con destino Marruecos. Como consecuencia de estos arrestos a punto de partir hacia tierras africanas, detienen, en Benahavís (Málaga), a otro de los componentes de la banda, éste de nacionalidad marroquí, y posible enlace en los cargamentos de hachís.
Más tarde y en Marbella (Málaga), se apresa a otro sospechoso de tener un destacado papel en la planificación y dirección de la captura, torturas y asesinato, por ser uno de los cabecillas de la organización que ahora se ha desmantelado. Con la información que facilita este sujeto, la policía sueca detiene en el país a uno más, vinculado con los hechos, al que se le incautó 1 arma corta de fuego dispuesta y 2 fusiles de asalto Kalashnikov.
Las pesquisas continúan hasta localizar a otro sueco en su país, sobre el que España emite orden de arresto y extradición, un trámite que está pendiente de culminarse y, con posterioridad, se suman otras 2 órdenes de localización, para sospechoso de pertenecer a la misma banda de narcos. Con estas investigaciones conjuntas, el Grupo de Personas y el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Málaga y por el Departamento Nacional de Operaciones (N.O.A.) de Suecia, se da por eliminada a esta banda internacional.